Gaceta del Charro / Semanas Santas (2)

AutorGermán Dehesa

Muchas modalidades de estos días sacros me han tocado vivir en esta existencia que ya se alarga por más de 10 sexenios. He visto y vivido cosas muy raras, me ha tocado ser parte de experiencias muy extrañas; pero debo confesar que yo no me esperaba una Semana Santa como la que actualmente vamos cursando los capitalinos que tuvimos el buen juicio de permanecer tranquilitos en nuestra Ciudad. Yo me quedé porque estoy ahorrando para un viajecillo, porque decidí acabarme de curar de varias dolencias cuya compañía ya me ofende, porque tengo bastante trabajo atrasado y porque me consta que la Ciudad de México semivacía es enormemente disfrutable. Yo no podía imaginar que sería alcanzado por el realismo mágico.

Cuentan que, llegado el tiempo, los antiguos espíritus trasladaron mágicamente a Marcelo Ebrard a la cumbre del Cerro de la Estrella y que ahí lo hicieron caer, pero no para abajo, sino en profundo sopor. Cuenta la tradición que esto ocurrió en el rumbo ya referido en el interior de una gruta toda ella decorada con místicas pinturas de Mariagna Pratts.

El ingreso de la gruta estaba resguardado por San Joel Ortega y varios hombres de buena voluntad con metralleta, chacos y granadas de Agustín Lara que son las más letales. Por días y noches que eran sólo una especie de río de tinieblas, Marcelo durmió. Alguna vez se despertó y dijo: quiero mi yogur, pero volvió a desvanecerse. Poco tiempo después de este incidente, el espíritu se le presentó y dijo: no hay yogur. Los dos se desvanecieron. Regresó el espíritu ya en plan serio y le dijo: Marcelo, en ti hemos pensado para la consumación del último sueño azteca.

Debes saber que Moctezuma, en la plenitud de su imperio, le dio por pensar que no era bueno para la imagen de la invicta y poderosa Tenochtitlan, ni era bueno para el propio Moctezuma que se ostentaba como todopoderoso, que, cuando el emperador tenía antojos marítimos, tuviera que valerse de unos chancludos que le traían de los rumbos de la Villa Rica unos pescados ya muy correteados y con los ojos idos...

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