La Gaceta del Charro / Ya perdoné a Lucerito

AutorGermán Dehesa

¡Me carga la Gordillo! (a ella también se la quieren cargar). Lo bueno es que, a la fecha, nuestro país no tiene mayor problema. Sólo eso explica la prioridad y la notoriedad que los medios y la opinión pública (sabiamente conducida por esos medios) le han conferido al asunto de Lucerito. De veras que quien no conoce a Cristo a cualquier barbón le reza.

¿No estaremos locos? Tenemos encima gravísimas broncas que van desde el desempleo hasta la inseguridad, el nulo crecimiento y el desgobierno y no encontramos mejor cosa que concentrarnos en los lamentables desvaríos de una actriz y cantante y los no menos lamentables manejos de la empresa que supuestamente es "su casa", misma que en aras del morbo le ordenó hace una semana a López Dóriga calcinar con fuego amigo a la actriz, para recogerla días después de entre las cenizas y "concederle un espacio" para que pidiera perdón, reconociera públicamente su grandísima culpa y para que se sometiera a un detallado examen de conciencia en voz alta, caritativa y sabiamente conducido por el mismo guía espiritual que hace una semana la aventó tranquilamente al foso de los leones (la de sapos que hay que tragar en este duro oficio de la artisteada).

La verdad a mí, Lucero me gustó más en su enojo, que en su arrepentimiento. La verdad, no sentí que le brotara del alma dicho arrepentimiento. La verdad, yo ya la había perdonado. Ahora, la verdad, ya no estoy tan seguro. ¿O sea, no?

Ella no

Doña Marta dijo que ella no buscará la Presidencia. Yo le suplico que reconsidere y siga buscándola. En algún lugar tiene que estar (¿ya buscaron en el buró de Salinas?). En cuanto la encuentre, que se la lleve a su marido y que éste ¡por fin!, la ejerza.

Yo sí

Muchos años me he resistido, pero ahora sí estoy dispuesto a buscar la Presidencia de la República. Aquí me gustaría decir que siento que México me necesita y que ya comprendí todo el bien que puedo y quiero hacerle a mis compatriotas. No lo digo porque no es cierto y porque además me ganaría la risa. Lo que me ocurre es que ya estoy hasta el inexistente copete de que, cada vez que necesito a alguno de mis múltiples galenos, una amable recepcionista me diga que "por el momento, el doctor no va a poder atenderlo porque está fuera del país". ¿Qué se creen?, ¿para eso hicieron el juramento de Hipócrates? Y siempre salen con que fueron a un congreso importantísimo. Falso. A los congresos nada...

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