La Gaceta del Charro / Las panteras callaron

AutorGermán Dehesa

La herida va suturando, pero esta operación cicatriz va a ser más tardada que la de Bonnie Gordillo & Clyde Madrazo. Los hados (y unos cuantos apostadores profesionales) se confabularon en mi contra. En este mismo espacio manifesté mi firme inclinación a favor de las Panteras de Carolina en el muy emocionante Súper Tazón que se jugó el pasado domingo. Como moscas a un panal de rica miel acudieron amigos y conocidos inflamados por la nobilísima intención de quitarme mi dinero arduamente obtenido con el sudor de mi neurona y de mi secretaria. No los culpo. Era una oferta de locura, aunque para algunos de ellos, los más nobles y correctos, terminó siendo aciaga. Los apostadores de Las Vegas daban un momio de siete puntos a favor de los Patriotas y mis cuates, los que en realidad me quieren bien, convinieron en otorgarme esa misma ventaja. Resultado: se les apareció la pachona en camisón. Algunos, los menos, ya cubrieron su adeudo; otros, los más, abandonaron precipitadamente el país y se les vio pasar rumbo a Samoa. Ya caerán. Si Sherlock Bátiz toma cartas en el asunto, sus minutos de libertad están contados.

También existe la ruindad. Tal es el caso del licenciado Plumiche que exigió apuesta pareja, aunque luego se dio cuenta de la magnitud de su estafa y donó el mal habido dinero a la Operación Cobija. Del mismo modo procedió mi pariente político Bici-Rom.

Quien no alcanzará perdón ni en éste, ni en el otro mundo, es mi amigo cuyo apodo, si fuera proclamado en alta voz, desviaría el curso de ríos, mujeres y planetas, sacaría de su lecho a los océanos y provocaría la desaparición instantánea de la iglesia de Apatzingán. El no conoce la piedad (Michoacán). Ya cobró, ya ingresó el dinero en la cuenta que comparte con Jorge Hank y no experimenta el menor remordimiento. Le vale, pues.

Sin haber hecho una auditoría exhaustiva, creo que tengo ganancias suficientes para comprarme un colchón francés, un equipo de tercera división, dos Mollinedos y una turbia ONG ("¡Siempre no vamos, México!"). O sea.

Opinión del día siguiente

  1. Yo no soy mujer ni tengo contemplado serlo; B) No soy experto en ginecología ni en salud reproductiva; C) No ajusto mi conducta, ni mis opiniones a las directrices marcadas por San Norberto de Aquino. Dicho esto, creo que quedan claros los términos en los que manifiesto mi total y solidario apoyo al Dr. Julio...

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