La Gaceta del Charro / Muertitos en fuga

AutorGermán Dehesa

Desde un helicóptero, el noticiero de López Dóriga nos mostraba "impresionantes vistas" de los panteones de Mixquic y de Tláhuac. A bordo de la trémula aeronave, un reportero subrayaba lo "impresionante" que era la vista. La verdad es que se veía como Topilejo desde cualquier avión y se me ocurre que todo el reportaje hubiera quedado mejor (más "impresionante") si las tomas aéreas se hubieran entreverado con un reportaje pie a tierra que podría haber hecho Carla Iberia Sánchez que es de lo mejorcito que tienen en la corporación.

Pero no es de esos muertitos, ni de esas ofrendas en las que le ponen al difuntito que murió de diabetes un gran piloncillo y un platazo de chongos zamoranos para que, allá en el otro mundo, le tengan que amputar las dos alas. Hablo de esas numerosísimas familias tenochcas que el viernes vistieron de Elbaesthercitos a hijos y nietos para que salieran a espantar y a pedir con el infaltable moco pendulante: guefecido, ¿dobedamigalaverida?...¿do?... ¡viegovendego!. El domingo pusieron la ofrenda y una vez que le dejaron su pomote al abuelo que bebía con admirable tesón hasta que lo atropelló una Combi, liaron sus maletas y salieron en pos del megapuente que les está permitiendo venerar en Ixtapa y en Vallarta a sus finaditos con el debido recogimiento. Éstos son los muertitos en fuga que dan título a esta columna. Ya se largaron todos. Las adhesiones para exigir la investigación a fondo de las denuncias presentadas contra Montiel han escaseado y trabajosamente hemos llegado a la ya respetable cantidad de 15 mil ciudadanos que no quieren que la justicia siga durmiendo (sigan enviando sus adhesiones).

Hablando de Montiel, no les conté que ayer murió. Hace como diez días avistamos a una rata negroparduzca en estas instalaciones que de inmediato fue bautizada con el nombre de "Montiel". Muy pronto se hizo querer entre todos nosotros, aunque el sector femenino se mostró poco solidario. Tan es así, que Santa Bernardita la Contemplativa, jefa del Depto. de orden, limpieza y quesadillas, la atrapó y sin más, se la trincó. Yo le expliqué que no tendría que haberlo hecho, porque era la alegría de la oficina y además especie en extinción (cuando mucho, han de quedar unos diez mil millones de ratas). O sea y para volver a los Santos Difuntos, ya todos los vivos se largaron a venerarlos junto al mar.

De otros muertitos en fuga quiero hablar. Son mis amigos muertos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR