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La Gaceta del Charro / El Moco

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Vincent
AutorGermán Dehesa

Han de perdonar, raza, el empleo de este título tan carente de eufonía y tan en desacuerdo con la moral y las buenas costumbres, pero es que nuevamente mi trajinada bilis ha entrado en ebullición puesto que vuelvo a comprobar la lamentable capacidad que tenemos los mexicanos para tropezarnos con nosotros mismos.

Todo proviene de la expresión que aprendí de mis ancestros quienes solían aplicarla cuando surgía una contrariedad, o algún tropiezo gratuito en tal o cual proyecto; tropiezo que solía ser provocado por alguien que supuestamente estaba colaborando para que las cosas marcharan bien. Ocurría el desaguisado y de inmediato se escuchaba la voz entre resignada y airada de alguno de los ancianos de mi tribu que decía: nunca falta el que echa el moco en el atole.

Estas palabras exactas son las que mejor definen lo que reiteradamente estoy sintiendo en estos últimos días. Lo siento cuando veo a Fox en la Plaza Roja con sus cúpulas de repostería, hacerle manita de puerco a la lógica más elemental y afirmar que velará por unas elecciones justas y equilibradas y que apoyará con todo al PAN. Dice esto y se queda tan campante, como con cara de que Aristóteles estaría muy orgulloso de él. El que no lo toma con calma es Roberto Madrazo, centinela de la pureza revolucionaria, que se pone como loca y dice que nomás faltaba que aquí en México tuviéramos una elección de Estado con toda la fuerza del aparato oficial apoyando a uno de los aspirantes. Tiene razón el gran Roberto. En tiempos del PRI jamás vimos tamaño atropello. Dejo aparte a los presidenciables, bajo la mirada y me asomo a mi ciudad. Al hacerlo, me topo con una enorme cantidad de dogmáticos y/o descerebrados que están contentísimos con la ridícula inauguración y la torpísima operación del Metrobús. A mí no me da el menor gusto. Me consta que es un sistema que puede dar un excelente servicio. Su creación y su operación se han hecho con dinero nuestro y para nuestro servicio. No le veo la gracia a celebrar fracasos. Los ciudadanos tenemos que entrarle a cooperar en lo que haga falta para que nuestro Metrobús se recupere de la traumática y casi mortal inauguración y nos permita transportarnos de la mejor manera. Apostarle a la desgracia es también echar el moco en el atole.

Mis sobrecalentadas meninges buscan alivio y reposo en el ámbito deportivo...

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