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Gabriela De la Paz / Intenciones a prueba

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Vincent
AutorGabriela De la Paz

La relación bilateral México-Estados Unidos inicia un nuevo capítulo con la presidencia de Barack Obama. Así quedó patente en la visita de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, al Distrito Federal y Monterrey hace dos semanas. Esto se ratificó en la gira de la secretaria del Departamento de Seguridad Interna, Janet Napolitano, y Eric Holder, fiscal general, hace pocos días.

¿Qué ha cambiado en la relación bilateral para generar una actitud positiva de la Casa Blanca? Desde 2006, en México se han hecho serios esfuerzos para combatir al narcotráfico.

El país gastó cerca de 7 mil millones de dólares en los primeros 18 meses de la presidencia de Calderón, mientras que la Iniciativa Mérida negociada por George W. Bush contempla un total de 1.4 mil millones de dólares a ejercerse en 36 meses, de los cuales una pequeña porción está destinada para naciones de Centroamérica y el Caribe, si es que el Congreso estadounidense no sigue achicando el presupuesto.

Obama ha reconocido la responsabilidad de su país y está dispuesto a ayudarnos. Implícitamente admite que el narco es un delito consensual, que tanto el vendedor como el comprador cometen un crimen.

Ha cambiado la situación al interior de Estados Unidos, al darse cuenta de que las redes del narcotráfico allá son más sólidas de lo que pensaban. Ha cambiado la percepción de los noticieros, que veían el caos mexicano como algo lejano y ahora se dan cuenta que la guerra que libramos aquí también se pelea en sus calles y domicilios y que, aunque los mexicanos sean los más visibles, las caras del narcotráfico son étnicamente diversas.

La visita de Napolitano es el aviso de que Estados Unidos está fortaleciendo sus fronteras para no dejar que la violencia rebase las barreras que están erigiendo para proteger a sus ciudadanos. En su comparecencia ante el Congreso estadounidense anunció un plan que contemplaba la contratación de 450 agentes, pero el Congreso decidió que se necesitaban 2 mil efectivos para reforzar la captura de drogas, armas y dinero que alientan al narcotráfico.

El problema es más complicado, ya que el reto del Departamento de Seguridad Interna es frenar los fondos que se destinan al narcotráfico y el...

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