Gabriela De la Paz / Holocausto y esperanza

AutorGabriela De la Paz

El lunes pasado tuvo lugar el Día del Holocausto. En ese marco, inició en el Museo Metropolitano de Monterrey, en colaboración con el Colegio Israelita, la semana conmemorativa "Shoá. Holocausto y Derechos Humanos", que incluye conferencias y diálogos para reflexionar sobre uno de los acontecimientos más atroces de la historia de la humanidad.

La crítica nos dice que estos eventos son sólo por los 6 millones de judíos que perecieron en el Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.

La realidad es que aunque el énfasis está puesto en ese genocidio, porque es el que más se ha estudiado, por desgracia no ha sido la única vez en que se buscó eliminar sistemáticamente a un grupo de personas por una cuestión étnica.

El 24 de abril, por ejemplo, se conmemoró el holocausto armenio, que tal vez en nuestro país no es tan conocido, pero que en Estados Unidos es muy importante por la comunidad armenia que se desplazó hasta ahí después de la Primera Guerra Mundial.

En Europa también es un asunto relevante: es uno de los temas que impiden que Turquía se integre a la Unión Europea, ya que nunca reconoció que en 1915 soldados otomanos mataron a cerca de 1.5 millones de armenios.

La mayoría de los hombres cayeron bajo las balas o perecieron en campos de trabajo forzado. A las mujeres, los viejos y los niños los obligaron a caminar hacia el desierto sirio muriendo de hambre y frío. De sus propiedades no quedó nada, ya que muchas aldeas fueron incendiadas.

El caso de la ex Yugoslavia en los años 90 nos habla de estos horrores y de la lección no aprendida del Holocausto judío, ni del armenio, ni del camboyano (1975-1979).

La limpieza étnica del Gobierno serbio contra la población bosnia incluyó campos de concentración, asesinatos en masa, deportaciones y violaciones, ocasionando un total aproximado de 100 mil muertos, muchos de los cuales ocurrieron frente a cámaras de televisión.

Los cascos azules de la ONU fallaron en proteger a las víctimas al grado que uno de los campos que custodiaban fue atacado en sus narices.

Desgraciadamente no fueron los únicos. En abril de 1994 iniciaron tres meses de horror y matanzas en Ruanda que tuvieron un saldo de entre 800 mil y un millón de muertos.

La lucha entre las etnias hutus y tutsis tuvo como pretexto el asesinato del Presidente de ese país africano, Juvenal Habyarimana, pero más bien se trataba de una orgía de sangre y violaciones para desaparecer a los hutus moderados y a todos los tutsis.

Las muertes fueron a...

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