Gabriela de la Paz / Divididos en la victoria

AutorGabriela de la Paz

La victoria de Joe Biden sobre Donald Trump en las pasadas elecciones a la Presidencia de Estados Unidos muestra que la polarización que vive el país no se limita a demócratas contra republicanos, sino que la brecha entre las facciones progresista y liberal del mismo Partido Demócrata no tiene fecha de caducidad.

Para obtener la nominación de su partido, Biden requirió el apoyo de Jim Clyburn, representante en Carolina del Sur y el tercer demócrata con más influencia en la Cámara de Representantes, cercano a Nancy Pelosi.

Con el soporte de Clyburn, Biden resucitó su carrera y ganó el aval del caucus negro. Esto fue crucial para que, incluso antes de las manifestaciones por el asesinato de George Floyd, la gran mayoría negra apoyara a Biden muy por encima de otros aspirantes demócratas y su nominación fuera avasalladora.

Luego vendría la Convención Nacional Demócrata en agosto, donde moderados y progresistas fumaron la pipa de la paz y lanzaron una plataforma unificadora.

Sabiendo que vencer a Trump no sería tarea fácil, la estrategia de campaña se centró en su mal manejo de la pandemia, la caída de la economía y los asuntos que, a su juicio, habían tomado un giro negativo en estos últimos cuatro años: inmigración, política exterior, medio ambiente y salud pública.

En Estados Unidos cada tópico tiene un impacto mayor o menor en determinadas comunidades, por lo que el mensaje nacional tiene que adecuarse a las necesidades y preocupaciones de los votantes en Texas, Florida, California o Michigan.

Quienes compiten en distritos altamente demócratas, como Nancy Pelosi o Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), pueden emplear lenguaje muy liberal, que es justo lo que pide su electorado. Pero en distritos que cambian de partido constantemente o donde hay predominio republicano, el mensaje tiene que diluirse. Los recién llegados a la política pueden no entender eso.

Lo cierto es que se necesita de todos esos mensajes, emisarios y esfuerzos para ganar la Presidencia, dado que también el perfil del votante demócrata es más variado que el perfil republicano.

Los demócratas, como el PRD en su momento, están compuestos por "tribus" que no dudan en lanzarse a la yugular del otro, mientras que los republicanos meten la discordia y los pecados abajo del tapete, como el PRI.

Lo que vemos a medida que Biden configura su equipo es cómo acomoda todos esos esfuerzos e intereses que le llevaron...

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