Gabriela de la Paz / Los desafíos de Trudeau

AutorGabriela de la Paz

Los resultados de la elección del lunes en Canadá muestran que los canadienses siguen las pautas de España e Israel, entre otros países que reflejan un electorado dividido.

Sólo que la cultura canadiense es mucho más conciliatoria que la de los españoles o los israelíes y, por ello, pese a que ningún partido obtuvo 170 asientos o más, de un total de 338 en el Parlamento para gobernar en mayoría y aprobar leyes prácticamente sin necesidad de negociar con otros partidos, no parece haber riesgo de tener que convocar a otras elecciones, pues aquí sí es posible que haya pactos para gobernar.

El Partido Liberal de Justin Trudeau no llegó a ese número mágico, pero obtuvo 157 escaños frente a los 121 del Partido Conservador, 32 del Bloque Quebequense, 24 de Nueva Democracia, 3 del Verde y 1 independiente. Por lo tanto, Trudeau puede gobernar en minoría.

Esto significa gobernar desde una posición debilitada, pues aunque no está obligado a ceder Ministerios o Secretarías a los partidos con los que desea pactar para que le ayuden a aprobar las leyes, sí tiene que hacer labor de convencimiento con ellos y ceder tal vez en aspectos claves de la legislación.

En este sentido, el Partido de la Nueva Democracia es el aliado natural de los liberales. Éste representa el 15.9 por ciento de los votos y su líder, Jagmeet Singh, es una estrella en ascenso que podría aprovechar esta oportunidad para posicionarse a nivel nacional.

De acuerdo con la BBC, Singh está dispuesto a pactar a cambio de apoyo para un plan de atención farmacéutica, inversión en vivienda, préstamos estudiantiles y más impuestos para los canadienses más ricos, entre otras demandas. Además, ha declarado que desea evitar que Andrew Scheer, del Partido Conservador, llegue al poder.

Pese a haber cumplido una buena parte de sus promesas de la campaña de 2015 y su enorme carisma, Trudeau experimentó el desgaste de su liderazgo por su desastroso viaje a la India, donde más que rendir un homenaje a la vestimenta local, él y su familia se disfrazaron de indios.

Posteriormente vinieron los escándalos por haber presionado a una de sus Procuradoras para que llegara a un acuerdo con una empresa acusada de corrupción, así que ella renunció y él la corrió del partido. Ahora su venganza es haber sido electa al Parlamento como independiente.

Aunado a unas vacaciones de Trudeau y su familia en la isla privada de un millonario, la imagen de honestidad del Primer Ministro se fue resquebrajando.

A ello se suma que...

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