Gabriela De la Paz / Celebrar la interdependencia
| Autor | Gabriela De la Paz |
El 1 de julio los canadienses celebraron 150 años de la promulgación del Acta de la Norteamérica Británica. Los estadounidenses festejaron ayer 241 años de la Declaración de Independencia.
Como dijera Seymour Martin Lipset, la independencia de Estados Unidos creó no uno, sino dos países. La colonia inglesa al norte de la nueva nación quedó definida para siempre, en oposición a su vecino del sur.
Los dos proporcionan interesantes aprendizajes para México.
Podría decirse que Canadá es uno de esos países de historias aburridas porque no pasó por una guerra para conseguir su libertad, ni hay guerras civiles, ni golpes de Estado. Quebec no ha logrado separarse del resto de la Confederación y tampoco hubo un conflicto armado serio para intentar la secesión.
Eso no quiere decir que no haya habido violencia en la creación del Canadá moderno. A la fecha, los pueblos nativos, tanto los indígenas como los innuits reclaman las matanzas, la pérdida de tierras, como la parte negativa de la que nadie quiere hablar.
Sin embargo, las lecciones que ofrece la historia canadiense son muy valiosas porque nos enseñan que el multiculturalismo es posible.
Cuando Francia perdió su colonia en lo que hoy es Quebec, los franco-canadienses utilizaron la cultura política y legal inglesa para defender y reivindicar su cultura.
Que ellos pudieran conservar el Código Napoleónico, el francés y que pudieran insertarse en la política de la colonia británica acabó sirviendo para que otras minorías étnicas gozaran de los mismos derechos.
En la actualidad, una de las fortalezas de Canadá es la convivencia pacífica de varias culturas bajo una misma bandera.
Aunque las controversias no se han terminado, son encomiables los acuerdos políticos que se han conseguido en Canadá para crear un equilibrio entre las provincias de la zona del Pacífico con la del Atlántico, entre el Gobierno federal y los provinciales, sin pasar por un derramamiento de sangre. Sin olvidar que Canadá es parte de la Mancomunidad Británica y que la Reina Isabel II es su Jefa de Estado.
En contraste, conocemos más de la historia de Estados Unidos porque ha logrado proyectar su cultura al mundo como parte de lo que fue la Guerra Fría.
Además, en su historia hay una Guerra de Independencia, un modelo político que fue admirado y replicado en América Latina por casi todas las naciones en el siglo 19, más la Guerra Civil y las luchas por los derechos civiles de los afroamericanos, las mujeres, los colectivos LGBTI...
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