Gabriela de la Paz / Caos británico

AutorGabriela de la Paz

Boris Johnson, una figura controversial que proviene de la élite inglesa, se estrena como Primer Ministro de Gran Bretaña tras la renuncia de Theresa May y las elecciones internas del Partido Conservador.

Educado en Eton y Oxford, inició su carrera como periodista y luego fue Alcalde de Londres, donde se hizo famoso por su peculiar cabellera, su descuidado estilo de vestir y su personalidad irreverente.

Luego ingresó al Parlamento y, tras la campaña del Brexit, May intentó controlarlo poniéndolo al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, pero Johnson terminó separándose del cargo y siguió siendo un dolor de cabeza para ella.

May será recordada por no conseguir un acuerdo que haga realidad el Brexit de la manera menos dolorosa y costosa. Ninguna de sus tres propuestas pudo vencer el egoísmo de los partidos británicos, convertidos en una mafia de políticos cínicos que sólo buscan el beneficio propio y llegar al poder por el poder, sin un plan de Gobierno que beneficie a la masa de votantes descontentos que apoyaron el Brexit por despecho e ignorancia.

Eso es el resumen de la situación actual de Gran Bretaña y gran parte de Europa.

Parece que no nos damos cuenta de que las políticas y recetas que funcionaron en el siglo pasado ya no sirven para los problemas de éste.

El socialismo soviético fracasó, pero desde entonces el capitalismo ha vivido una serie de crisis y fracturas que nos envían un mensaje sobre la necesidad de cambiar las reglas de la economía y las finanzas, la manera de medir la riqueza y la pobreza, de crear políticas públicas que contribuyan a la resolución de problemas y no sólo los avienten más adelante.

Estos días hemos visto los estragos que produce la sola noción de Johnson al frente de Gran Bretaña. La libra esterlina cierra julio con una caída del 4 por ciento en un mes y los pronósticos son funestos, debido al rechazo que produce su irresponsabilidad y a la ausencia de un plan para hacer la transición hacia la salida de la Unión Europea, lo que se conoce como el "Brexit duro".

A diferencia de May, a Johnson no le interesa negociar ni con el Parlamento, ni con Europa, sino aventarse de golpe contra lo que depare el destino el 1 de noviembre, cuando oficialmente dejen ser parte de la UE. El pánico que produce es que no hay un plan para lo que venga después de...

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