Gabriela De la Paz / Adiós, Sra. Clinton

AutorGabriela De la Paz

Hillary Clinton dejó de ser Secretaria de Estado el viernes pasado. Sin ser la más grandiosa que ha tenido Estados Unidos en toda su historia, es una de las mejores. No le tocó enfrentar una gran guerra, como fuera el caso de Cordell Hull con Franklin D. Roosevelt, o el de George Marshall, que coordinó los esfuerzos de reconstrucción de Europa en 1947.

La señora Clinton tuvo el gran reto de restaurar la imagen de Estados Unidos tras los ocho años del desastroso unilateralismo de la Administración de George W. Bush.

Condoleezza Rice, su predecesora, ni siquiera hizo el mínimo intento de convencer al mundo de la nueva política exterior vinculada a combatir el terrorismo en aras de conseguir seguridad. Esta actitud dejó a los aliados resentidos con un socio que los obligó a meterse a dos guerras costosas, que provocó atentados en España, India, Indonesia y Gran Bretaña, entre otros, y que le cobró factura a los gobernantes que apoyaron a Bush en su aventura: todos, o casi todos, perdieron las elecciones siguientes.

A los rusos y a los chinos, que siempre han desconfiado de las buenas intenciones de los estadounidenses, el comportamiento bravucón y hasta soberbio de la Administración Bush les hizo creer que sus peores pesadillas se harían realidad. Lo mismo pensarían los iraníes, que para emparejarse cambiaron a un Presidente moderado, Mohamed Khatami, por Mahmoud Ahmadineyad, un político radical.

La "gira de restablecimiento de buenas relaciones" de Hillary como Secretaria de Estado por 112 países suma un total de un millón 539 mil 712.51 kilómetros recorridos. Todo un récord para alguien que hizo gala de sus conexiones, pues en numerosas ocasiones la gente tenía un buen recuerdo de sus visitas como Primera Dama y eso facilitó que se comprendiera el cambio de orientación en la Casa Blanca, uno de las cuales fueron nuevos programas de la USAID para mejorar las vidas de mujeres y niños en muchos países a los que viajó.

En marzo del 2009 fui testigo de cómo el carisma de Hillary Clinton hacía que los alumnos del Tec Milenio se emocionaran con su llegada a sus instalaciones, pero también del arduo trabajo que hay detrás de estas visitas.

Previo a ello, el personal del Consulado Americano se encargó a la perfección de todo: los datos relevantes sobre todas las personas a las que conocería la Secretaria, la importancia de atestiguar un convenio entre tres universidades, las atenciones a los corresponsales de los medios de información estadounidenses...

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