Gabriel Zaid / Voluntarios clasificados

AutorGabriel Zaid

Algo inmejorable de los voluntarios que acuden para ayudar en un desastre es su espíritu solidario. Lo mejorable es que lleguen demasiados o con habilidades y recursos que no son los mejores para el caso.

Tratar de organizarlos puede ser contraproducente, y más aún si lo intentan autoridades que llegan tarde, quieren mandar y buscan la foto, provocando (o exigiendo) que los voluntarios se retiren. Hacen falta recursos informativos al servicio de la espontaneidad social.

Por ejemplo: un registro electrónico de voluntarios clasificados con nombre (sin apellidos), edad, sexo, días y horas disponibles para ayudar, correo electrónico, colonia (sin dirección ni teléfono), experiencia o interés en qué tipos de servicios voluntarios.

Habría que incluir una tabla clasificatoria para que cada inscrito defina cómo está dispuesto a ayudar: desde su casa (haciendo llamadas, avisando a las redes sociales de la web o radioaficionados); acudiendo (solo, con otros, a pie, en bicicleta, transporte público, coche); llevando qué (celular, lámpara, herramienta, maletín médico o de primeros auxilios, perros entrenados, equipo de buceo o alpinismo, alimentos); en qué casos (accidentes, incendios, explosiones, derrumbes, inundaciones, temblores); especialmente para atender (niños, ancianos, inválidos, animales); en qué idiomas (español, náhuatl, inglés, sordomudos).

En el desastre se convocaría a los voluntarios pertinentes, explicándoles dónde hacen falta para qué, llevando qué, etcétera.

La creación y administración del registro estaría a cargo de un grupo muy pequeño patrocinado por la iniciativa privada. La base de datos no sería pública, y se tomarían precauciones para evitar el mal uso. Una guardia de 24 horas y todos los días del año atendería las solicitudes de ayuda, confirmaría su legitimidad y movilizaría a los voluntarios correspondientes. Además, avisaría a la Cruz Roja, bomberos, Protección Civil, etcétera. Y se procedería contra los chistosos o abusivos que intenten movilizar injustificadamente.

Todo lo anterior se refiere a situaciones de urgencia. Pero también existe la necesidad de voluntarios por semanas o meses, no por horas, en asociaciones privadas dedicadas a ayudar.

Un progreso de México en las últimas décadas ha sido la multiplicación de asociaciones voluntarias. El gobierno veía con desconfianza el servicio público independiente. Le recordaba la odiosa competencia...

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