'Fumé por apariencia'

AutorJulio Cárdenas

"¿Algo de qué arrepentirse, don Antonio?", "de haber fumado...", responde el hombre con el último suspiro que le dejó la voz entrecortada, al procesar la pregunta.

Desde su casa en la Colonia Independencia, donde vio crecer a sus dos hijos y al vicio que inició cuando cursaba tercero de secundaria, recuerda la batalla más difícil que enfrenta desde el 2009, cuando a los 54 años de edad los médicos le confirmaron que el tabaco lo había dañado hasta el cuarto grado de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), el más agresivo.

Antonio Garduño vio a la nicotina como la protagonista de la pantalla grande, que incitaba a encender un cigarrillo para asemejarse al actor James Dean, en la cinta "Rebelde sin Causa".

"Fumé por una condición de apariencia, por una demostración de rebeldía, así debí haber empezado; yo creo que por alguna situación de aceptación social", explica, mientras se acomoda en el sofá de su casa.

La terrible cúspide de la adicción la alcanzó a los 40 años, recuerda, cuando hasta 40 cigarrillos eran aspirados por sus pulmones diariamente, y su gusto por la cacería y el frontón comenzaba a limitarse; una década después decidió dejarlo.

A sus 61 años es atendido por el IMSS, y aunque aparenta un estado de salud estable, el padecimiento es agresivo y de pronóstico reservado, como le confiaron sus médicos.

En Jalisco hay registro de 1.5 millones de fumadores, según cifras del Hospital Civil de Guadalajara; para disminuir el consumo y proteger derechos de los no fumadores, desde el 2013 entró en vigor la llamada Ley Antitabaco.

Sin embargo, los Ayuntamientos, donde cae mayoritariamente la...

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