La fuerza de los mitos

AutorMarina Warner

THE NEW YORK TIMES NEWS SERVICE

Los mitos en los cuales personajes heroicos se enfrentan en combate mortal contra enemigos diabólicos han adquirido una fuerza renovada en la cultura popular desde los sucesos del 11 de septiembre de 2001.

El enorme éxito de la franquicia cinematográfica "Harry Potter" y de la primera película del "Señor de los Anillos" (La Comunidad del Anillo), basada en la obra de J.R.R. Tolkien, sugiere el fuerte poder de consuelo que conllevan estos dramáticos cuentos de triunfo del bien sobre el mal.

Niños heroicos enfrascándose en batalla con poderosos monstruos durante mucho tiempo han constituido la base de las aventuras llamadas "bloods" (sangres), cuando empezaron a ser publicadas para los jóvenes lectores a principios del Siglo 19. En los cuentos de hadas modernos, los cazadragones han disminuido en tamaño y estilo: los guerreros han abandonado sus alas y su armadura y se han puesto lentes, convirtiéndose en valientes hobbits y muchachos jóvenes.

No obstante, la escritura tanto de Tolkien, quien publicó su epopeya fantástica poco después de la Segunda Guerra Mundial, como de J.K. Rowling, autora de la serie de "Harry Potter", pertenecen a una tradición épica que se remonta a la Grecia antigua.

El nombre del malvado Lord Sauron del "Señor de los Anillos" procede de la palabra griega que significa dragón; en las historias de "Harry Potter", el nombre del implacable Voldemort quiere decir "voluntad de morir" en una especie de francés medieval.

La fuerza y la familiaridad del cuento de la lucha del bien contra el mal pueden llevar las narrativas a parecer inevitables o naturales. Y los autores de literatura infantil no son los únicos en sentirse atraídos por semejantes fantasías: el poeta irlandés Seamus Heaney realizó en 2000 una elocuente y lúgubre traducción de "Beowulf", la epopeya anglosajona que constituyó el tema del trabajo de Tolkien durante toda su carrera como profesor en la Universidad de Oxford.

Huelga decir que las fantasías de mal y los sueños de victoria sobre sus perpetradores han crecido en fuerza en respuesta a los terribles acontecimientos del 11 de septiembre.

De hecho, Osama bin Laden parece perpetuar el legado de Sauron y Voldemort (al igual que, tal vez, las ambiciones anteriores de los letales enemigos extranjeros de James Bond).

Estas ideas están arraigadas en la historia de las religiones antiguas. Fue en el Medio Oriente, en el pensamiento del profeta Zoroastro (o Zaratustra), donde los...

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