Froylán M. López Narváez / Madrazo olímpico

AutorFroylán M. López Narváez

Hacen notar Claudia Guerrero y Carlos Maguey, enviada y corresponsal de Grupo REFORMA en Guadalajara, en ocasión de la reunión plenaria de los Diputados federales priistas, que el presidente del PRI ignoró, desdeñó, las imputaciones que le hizo la señora Elba Esther Gordillo en una carta de la que no ha acusado recibo ni lectura. Fue un Madrazo olímpico o ésa su pretensión.

Su compañero de partido, hasta la fecha y enemigo abierto ya hace rato, Emilio Chuayffet sí fue rotundo y frontal: "No queremos acuerdos vergonzantes, pero tampoco omisiones vergonzosas. La coyuntura determinará en buena medida con quiénes y cómo nos aliamos, buscando siempre que el PRI no sacrifique su eficacia, pero tampoco la fidelidad de sus principios". Con lo cual dijo lo que no quería decir explícitamente, que la profesora andaba jugando chueco, aliándose con enemigos electorales.

Además de ratificar el coyunturalismo-pragmatismo de todo político y época, Chuayffet también reincide en las hablas elusivas. No dijo, ahora, que los berrinches, cacería y rencores de la palomilla que circunda a Madrazo se acendran desde que la señora no quería, no se diga rendir al mexiquense la coordinación de los Diputados remanentes del priato, y los que se incrustaron hace poco, sino el local apoltronado que ocupaba en el San Lázaro maldito por centenares de querellantes que van a protestar y a reclamar frecuentemente en sus afueras.

La señora está en las salmueras de los comandos priistas actuales. Las mil y una argucias y habilidades del tabasqueño le hicieron capturar la presidencia de su partido y la chiapaneca se tuvo que conformar con una secretaría general, que le hizo creerse de manera semejante a aquel batracio que quería ser vacuno. La sometieron y ahora quieren expelerla del PRI. Algunos secundarios del CEN, en verdad, revolucionario involucional, lo espetan a lo canijo.

Mulillas, sibilinos, personas como Salvador Sánchez Vázquez, de la Comisión de Vigilancia de la Cámara, apuntan que la Gordillo necesita siquiatra, ve fantasmas, padece paranoia, alucina. Doloso sostiene que es "la militancia" quien denuncia a la lideresa moral del sindicalismo charro más vasto del magisterio de la SEP. Carlos Jiménez Macías reclama explicaciones y deplora que la señora se acoja a un histrionismo mediático.

Pero la denostada ha exigido con toda razón que se le exhiban denuncias y pruebas presuntas en su contra, en cuanto hace a que se le imputa apoyo a otros partidos en elecciones...

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