Froylán M. López Narváez / Ex presidentes

AutorFroylán M. López Narváez

De los cuatro ex presidentes que viven, y sobreviven políticamente, sólo Ernesto Zedillo Ponce de León ha sabido escabullir el menosprecio, el desprecio, la execración, el vilipendio, el escarnio, la inculpación permanentes de crímenes atroces en la economía y en la vida social. Lo cual no ha sido óbice para que sus postrimerías sean sufragadas por el erario público, analogándose en pensiones anuales cercanas a los emperadores norteamericanos y al dispendio francés.

La propia Presidencia de la República ofrece datos firmes que hacen saber que los ex jerarcas del Poder Ejecutivo federal obtienen casi 2 millones de pesos anuales para que la vayan pasando muy bien y socorran a gente filial. La familia presidencial incluye a antiguos súbditos en la administración nacional y en las regionales. Con el exceso leve del caso, Enrique Krauze ha tildado a los mandatos de los priistas como Presidencia o presidencialismo imperial.

Es creencia generalizada, recia, que Carlos Salinas de Gortari es quien más se mueve, actúa, influye o quiere influir, en estos tiempos. Señorea personas que se dedican a hacer crónicas cotidianas de quienes son sus enemigos o adversarios declarados. Andrés Manuel López Obrador es el personaje político al que persiguen y acosan y han de tener jurado impedir u obstaculizar las pretensiones presidenciales del tabasqueño que habrá de abandonar en horas el cargo mayor que ha conseguido, jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Pero también padece Salinas un agravio imperdonable por el juicio y encarcelamiento prolongado de su hermano Raúl.

En su autoexculpación y denuncia escrita reciente, Diario del infierno de Almoloya, el ingeniero Salinas arranca su texto breve con una declaración rotunda: "No puedo decir con exactitud dónde principió esta historia. Cierto es que fue el 28 de febrero de 1995 cuando el gobierno de Zedillo cumplió la orden presidencial de encarcelarme... El presidente de la república -así con minúsculas escribe- Ernesto Zedillo ordenó meterme a la cárcel para su beneficio político".

La imputación no fomenta dudas. Por un lado de que era interés del incipiente gobierno de Zedillo someter a su antecesor y empleador con la presión y control de su hermano en cárceles torturantes mayores -aunque no hay suficiente explicación y probanza jurídica y política de su parte o de su hermano Carlos, a quien se le hacen imputaciones semejantes, sobre todo, también acusación directa, de Joaquín Hernández la Quina.

El licenciado...

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