Froylán M. López Narváez / PAN herido

AutorFroylán M. López Narváez

Cifras divulgadas por fuentes oficiales del Partido Acción Nacional sobre su reafiliación indican proceso de deterioro creciente de sus años últimos. Sobre todo en la gestión de Gustavo Madero, su presidente. Hacen bien en reconocerse, por muy amargo que pueda ser.

Dieron un plazo de 45 días para dar tiempo que en la República ratificasen, menosprecien, desdeñen o abandonen militancia, activos son unos, adherentes, simpatizantes o colaboradores otros con las empresas políticas panistas.

El desdén o abstinencia se singulariza por el rechazo a la reinscripción formal de personajes distinguibles con identificación plena con el blanquiazul. El caso mayor es el de Diego Fernández de Cevallos. Citar su nombre ha sido invocar o contenerle con las luchas del partido que oscila entre posiciones de centro derecha, democristiano, y de reaccionarismo constante como el Yunque.

Fernández de Cevallos se ha marginado de participaciones directas o distinguibles. Ahora sostiene que por edad e inconformidades no está ya en su agenda dedicar tiempos y dineros a lo que fue su entraña social. Afirma que por no reinscribirse no deja de ser un convicto de la ideología o valores que le impulsaron a batallar. Pero sus discrepancias con Vicente Fox aparearon sus alejamientos partidarios, seguramente.

Marta Sahagún reapareció para dar cuenta de los motivos de la ruptura de su segundo marido. Ella no es panista desde hace un sexenio, quizás porque Felipe Calderón impidió la llegada de su candidato Santiago Creel. Los rechazos e hipercrítica furiosa a las tareas del michoacano les han opuesto radicalmente. Consignó su repudio a la dirigencia nacional de la septuagenaria organización. Así las enemistades, en el PAN, no son asunto menor ni reciente. Como con los demás partidos.

Negada como desbandada, el refrendo es claramente atroz para las pretensiones y posibilidades de eficacia electoral. Como no es partido de masas, como definió Madero, sino de minorías, fingen demencia al extremo de que su dirigente nacional se atreve a alardear de que volverán al Poder Ejecutivo Nacional en el 2018.

Sus propios datos patentizan que estas aspiraciones están extraviadas. Y dan cuenta de zonas perdidas en donde habían logrado influjos que prohijaron diputaciones, presidencias municipales, gubernaturas, senadurías y aún la Presidencia. El empeño de Adolfo Christlieb Ibarrola y Carlos Castillo Peraza, panistas de...

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