Froylán M. López Narváez / Duelos

AutorFroylán M. López Narváez

El duelo patético que han sufrido miles de mexicanos, sobre todo afiliados, simpatizantes o agregados al panismo, ha sido la muerte de los compañeros del finado, tempranamente, secretario de Gobernación, Francisco Blake. No es excedido afirmar que hubo consternación generalizada en el país, sobre todo por la manera de su perecimiento y por temores de un posible atentado.

Sobrevino activismo declarativo, aclaraciones puntuales, tan reiteradas y abundantes que mucho propiciaron reservas, sospechas, por la necesidad de los federales por hacer constar y hacer creer que había sido sólo un lamentable accidente; quizás por desconcierto ante la insistencia y señalamientos puntillosos atosigaron pronto entrevistas y mesas de prensa. Aunque se entiende bien la autorización de la salida a Morelos -se habló de un piloto que se negó a cubrir el vuelo- y por la incapacidad técnica de sortear una nubosidad que resultó fatal para los presurosos viajeros.

Hasta ayer no había mayores suspicacias, ni tampoco la creencia de que habían "bajado" al helicóptero viejito pero bien cuidado y vigilado, según remarcó Felipe Calderón Hinojosa. Este alto empleado federal no externó tristezas que le impidieran enfrentar el odioso acontecimiento. Pasmó la coyuntura de que otro secretario de FCH perdiese la existencia de manera semejante a la de Juan Camilo Mouriño.

Se violentó la campaña en Michoacán en donde se celebraron comicios para la renovación de legislatura, alcaldías y gobierno del muy victimado estado michoacano. Lo que no impidió que por ocurrir en vísperas electorales el suceso malhadado, en un periodo no mayor de 72 horas, los aspirantes al poder de Michoacán retomaron sus arrestos y pronunciaron, los panistas, que serían y que fueron ganadores, según las cifras que manejaron luego luego.

Los resultados difundidos primariamente en el Programa de Resultados Electorales Preliminares divulgaron que Fausto Vallejo del PRI había logrado 30.3 (563,598 votos); Luisa María Calderón 27.9 (520,333 votos) y Silvano Aureoles del PRD 24.7 (469,953 votos). La estrechez de la cercanía en estos saldos hace ver, rotundamente, que la diferencia no fue holgada: menos de 3 puntos, entre el PRI y la ya hermana incómoda y de 6 puntos entre el perredista y el priista.

Ni en el PAN ni en el PRD aceptaron la validez de las elecciones. Confían en que el conocimiento de 879 paquetes electorales pueda alterar los resultados finales y...

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