Froylán M. López Narváez / Muy dignos, no

AutorFroylán M. López Narváez

Hete aquí que el escritor, poeta, Javier Sicilia fue inmerso en una tragedia, que no solamente drama, por el homicidio de su hijo y de otras personas cuya muerte es igualmente odiosa y lamentable. Al encarar o asumir protesta generalizada por el infame crimen, ampliamente, Sicilia se ve involucrado de frente con problemas políticos y morales de México.

Este ciudadano que ha vivido de la docencia, de la escritura, incursionó, quizás a su pesar, en las selvas y los desiertos de las luchas sociales, no únicamente la de la plaga del narcotráfico y los consumos de enervantes, al reclamar el cese de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal. Este funcionario del gobierno legalizado es un empleado público acusado de faltas y fechorías. M. A. Granados Chapa puntualizó aquí, ayer, agravios denunciados concretamente.

Las imputaciones que se le achacan conciernen a encubrimiento, solapamiento, y ser persecutor de gente inocente, como la valiente Anabel Hernández y Javier Herrera Valles, comandante, que le denunció ante FCH, por lo cual fue reprimido y sujeto a proceso. Faltas mayores, muy graves y documentadas y hasta fehacientes, según señalamientos rotundos.

Sicilia no se anduvo por ramas ningunas y pidió su despido, sin que se sepa que haya consultado con compañeros y personas que dan pareja batalla. También manifestó en pleno zócalo nacional otras demandas políticas, arreando parejo con todo partido y políticos que sean señalados, en equívoca solicitud de enjuiciamiento que se presta a abusos de toda índole.

La conmoción que ha causado esta movilización ubicua la propicia su buen decir y sus rasgos poetizantes. No se avizora seguimiento o acatamiento de sus reclamaciones. Es injusta la querella de que el escritor quiera aprovechar políticamente el suceso terrible. No es errado el señalamiento del aprovechamiento de políticos izquierdosos o sindicalismos corruptos y agresores.

"Hace poco, nuestras sociedades se electrizaban con la idea de la liberación individual, la moral se asimilaba al fariseísmo tanto como a la represión burguesa. Esa fase ya se ha vivido: mientras que la ética recupera sus títulos de nobleza, se consolida una nueva cultura que mantiene el culto a la eficacia y a las regulaciones sensatas, al éxito y la protección moral, no hay más utopía que la moral, el siglo XXI será ético o no será".

Referencia larga esta de Gilles Lipovetsky que se acoge por la insistencia del avecindado y agraviado en Cuernavaca...

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