Froylán M. López Narváez / Miserias mexicanas

AutorFroylán M. López Narváez

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social exhibió la Medición de la Pobreza en 2012. El cálculo que permite alivio leve refiere que ha habido disminución en pobreza extrema de 13 millones en 2010 a 11.5 millones en 2012. Aquí algo es poco, pero algo es algo, se consuelan millón y medio de sobrevivientes.

Las pobrezas y las miserias son diferentes. La pobreza abrumadora en el mundo es impuesta: por explotación humana, por desastres ecológicos, por siniestros climatológicos y atmosféricos recurrentes o episódicos. En México las devastaciones de selvas y territorios fértiles son atracos de ambiciosos más bien idiotas que ni atienden ni les importa el cuidado de aguas, tierras o atmósferas.

Las consideraciones recientes de Coneval registran que en el país casi la mitad de sus habitantes, ya ahora en zonas urbanizadas, viven empobrecidos: 53.3 millones. Se tipifica de pobreza moderada la que soportan 41.8 millones. Adicionados los pobres de pobreza soportada y los de extrema penuria, México es una nación de pobres y miserables desde la Independencia de 1810, notoriamente.

Se define, según el Coneval, como multidimensional aquella que se caracteriza por cuanto afecta a educación, salud, seguridad social (ahora en gravísimo menoscabo por las delincuencias), vivienda, servicios básicos y alimentación.

Los datos sobre el incremento de las pobrezas de los estados denuncian las provincias en donde ha habido incremento: Nayarit puntea con un aumento de 6.2; Quintana Roo con 4.2; Jalisco con 2.8 y el Estado de México, a pesar de una autojustificación mediológica abrumadora de Eruviel Ávila, con 2.4. Los auxilios que promoverían si se suspende el despilfarro mexiquense en los medios.

Sin embargo ha ocurrido decremento en Tabasco, a pesar de los saqueos imputados a Andrés Granier, con 7.4; en Campeche disminución de 5.8; en Oaxaca 5.1.

Las pobrezas y las miserias, por supuesto, son hechos históricos, no necesariamente fatalidades. El gobierno de Felipe Calderón legó precariedades en 10% más. Junto con inepcias administrativas, errores federales y locales, saqueos, el deterioro y el fracaso de políticas que se atienen al neoliberalismo o a socializaciones más aptas para la demagogia y el populismo, acompañadas de desastres naturales, someten continentes, a sus moradores, a hambrunas, desempleos, violencias, mafias financieras y otros males empobrecedores.

No se salva el Distrito...

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