DESDE LA FRONTERA NORTE / Prudencia inútil
| Autor | Jorge A. Bustamante |
Empezaré por una mala. El 23 de junio, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos rechazó una demanda presentada por grupos ambientalistas de ese país para que se detuviera la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México. El legislador del Partido Demócrata Bennie Thompson y otros 13 congresistas de la Cámara de Representantes apoyaron inútilmente la demanda de suspensión de la construcción del muro que lleva hasta ahora 532 kilómetros construidos de mil 78 autorizados. Los tramos construidos aparecen ya en partes de la frontera con México en los estados de California, Arizona, Nuevo México y Texas. Los ambientalistas estadounidenses alegaron que la construcción del muro provocará la extinción en la frontera de especies como el llamado zorro del desierto, el puerco espín, el puma, el gato montés, el jaguar, el lobo mexicano, el oso negro, el borrego cimarrón, el bisonte y el berrendo. En los tramos donde la construcción del muro se hace o se hará junto a los ríos fronterizos, impedirá el apareamiento de los animales mencionados lo que conducirá a su extinción en la región, lo cual ocurrirá primero con las especies ya amenazadas, como los felinos salvajes, el ocelote y el jaguarondi.
Los esfuerzos diplomáticos que ha hecho el gobierno de México fueron totalmente ignorados por la decisión de la semana pasada del máximo tribunal de justicia de Estados Unidos. Sólo le queda a México recurrir a los tribunales internacionales de justicia de la OEA o de la ONU. Esto no es probable que ocurra sin una presión de los legisladores mexicanos y de las organizaciones ambien-talistas de la sociedad civil mexicana.
Como lo he sostenido antes en este espacio, la construcción del muro fronterizo tiene dos implicaciones: una política y otra jurídica. La política es que la decisión de construir el muro equivale a que nos traten como país enemigo. La jurídica tiene dos dimensiones: una general, que se deriva del principio de derecho internacional que establece como un ejercicio legal de la soberanía de cualquier país, el construir un muro fronterizo en su territorio para controlar la entrada no autorizada de extranjeros. La otra dimensión es particular y se deriva también del derecho internacional que establece la obligación de los países, desde el derecho romano -Pacta sunt Servanda- de respetar los acuerdos internacionales. La construcción del muro se ha hecho y se sigue haciendo en violación de los acuerdos sobre las aguas fronterizas...
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