Frontera Invisible / Saludable debate nacional

AutorSergio Muñoz Bata

Teniendo la guerra en Iraq como telón de fondo, el arranque de las campañas políticas buscando la nominación de sus partidos a la elección presidencial del 2008 en Estados Unidos no podía haber sido más propicio para poner a prueba su fibra espiritual en temas como la pobreza, el machismo, el racismo y el liderazgo internacional de este país.

Por el momento, la lista de aspirantes a la nominación de sus respectivos partidos es demasiado larga y todavía es muy temprano para saber quiénes de ellos se convertirán en candidatos viables.

No obstante, hay que agradecerle a John Edwards, el ex senador que fuera candidato demócrata a la vicepresidencia con John Kerry en el 2004, la impecable formulación teórica de su plataforma política y las implicaciones que ésta podría tener en la discusión de temas que por su naturaleza deberían ser impostergables.

Y si bien es cierto que del 2004 el candidato recoge el tema de la pobreza que ha dividido al país en dos naciones desiguales, separadas y diferentes, su nuevo acercamiento al asunto como "el gran imperativo moral de nuestro tiempo," le añade una solidez y profundidad que había estado ausente de debate político nacional desde el planteamiento de "El Nuevo Trato, de Franklin Delano Roosevelt en la década de los años 30.

La propuesta de Edwards se expresa en un plan de acción que incluye un aumento al salario mínimo; la reducción de impuestos a los más necesitados; un sistema de seguro de salud universal, así como programas educativos y de vivienda que, en un lapso de 30 años deberían sacar de la pobreza a los 37 millones de norteamericanos que actualmente viven en condiciones sumamente precarias.

En este sentido habría que subrayar que la pobreza y la desigualdad han ido en aumento en este país, al tiempo que aumentan las exorbitantes ganancias de las grandes compañías de seguros, farmacéuticas, tabacaleras, petroleras y de los mayores medios de comunicación.

Siguiendo la misma lógica, Edwards ha planteado que "la manera en la que trabajemos para mejorar la situación de nuestros conciudadanos y de nuestro país será fundamental para que Estados Unidos restablezca su autoridad moral y recupere la legitimidad de su liderazgo en el mundo".

Lo fascinante de la tesis de Edwards, que se produce en un momento histórico en el que el país empieza a resentir su declinación interna y externa, es que con unos cuantos trazos ha logrado replantear la actividad política subordinándola...

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