FRONTERA INVISIBLE / ¿Luz al final del túnel?

AutorSergio Muñoz Bata

Si el republicano Marco Rubio finalmente introduce una versión razonable y generosa del Dream Act en el Senado y logra el apoyo de su partido, los demócratas, empezando por el Presidente, deberían apoyarle.

La noticia de que el senador Republicano por la Florida Marco Rubio está explorando la posibilidad de introducir una nueva versión de un proyecto de ley conocido como el Dream Act, que podría beneficiar a los muchachos que hoy se encuentran en este país porque sus padres los trajeron sin documentos migratorios, ha causado un enorme revuelo.

El proyecto está apenas en una fase inicial sondeando opiniones y contrapropuestas antes de ser presentado formalmente como un proyecto de ley a discutir en el Senado. Lo que hasta ahora se ha podido colegir es que se trataría de una versión conservadora de los proyectos presentados con anterioridad pero que ofrecería beneficios limitados. Por ejemplo, en vez de garantizar una ruta directa a la ciudadanía a las personas elegibles ofrecería una visa que les permitiría trabajar, obtener licencias para conducir, estudiar y pagar impuestos. No serían visas de residentes legales tipo la llamada Green Card. También permitiría que los portadores pudieran obtener la residencia legal bajo ciertas circunstancias, por ejemplo, si se casaran con un ciudadano estadounidense o si un empleador requiriera sus servicios. Una gran ventaja sería que los solicitantes no tendrían que abandonar el país mientras hacen los trámites necesarios.

Las reacciones iniciales de republicanos, demócratas y de los grupos de defensa de los indocumentados han sido diversas y van del recelo al beneficio de la duda y a la hostilidad. Muchos dudan de la sinceridad de Rubio al hacer su propuesta y citan partes negativas de su historial para fundamentar sus dudas. Dicen, por ejemplo, que Rubio votó en contra del Dream Act en una ocasión pero desoyen que en su momento Rubio dijo que esa versión del proyecto de ley era "una manera errónea para hacer lo correcto".

También se le critica por su oposición a la nominación de Sonia Sotomayor como magistrada de la Suprema Corte de Justicia y a la confirmación de la puertorriqueña Marie Carmen Aponte como embajadora de Estados Unidos en El Salvador. Otro reclamo es por haber dicho que los hijos de los indocumentados no deberían beneficiarse de programas como el que permite que paguen cuotas de residente estatal en sus colegiaturas en vez de pagar las que corresponden a quienes llegan de otros estados...

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