FRONTERA INVISIBLE / Locuras angelinas

AutorSergio Muñoz Bata

A partir de enero, si un grupo de activistas motivados por la fe religiosa y la convicción de que la delincuencia es una derivación de la pobreza, que a su vez es producto de la injusticia social, se sale con la suya, la ciudad de Los Ángeles podría contar con una nueva e insólita atracción turística.

Quienes viajan al sur de California buscando algo más que deleitarse con la belleza arquitectónica de Disney Hall o con la serena sobriedad de la nueva Catedral en el centro de la ciudad; quienes siguen sin satisfacer su curiosidad intelectual aún después de recorrer museos como el Getty, LACMA, MOCA, el Norton Simon o el Armand Hammer; y aquellos cuyo voyerismo les exige más que un tour para ver las casas de famosos artistas de Hollywood, vivos como Angelina Jolie, Tom Cruise y Madonna o ya fallecidos como Marilyn Monroe o Frank Sinatra podrían, a partir de enero, participar en una nueva experiencia turística sin paralelo en el mundo, inscribiéndose para tomar un tour al corazón mismo de la cultura de las pandillas de Los Ángeles.

La idea, dice Alfred Lomas, un ex miembro de la pandilla Florencia 13, y promotor principal del proyecto turístico, "es empoderar a la comunidad" ofreciendo tours de dos horas de duración a un costo inicial de 65 dólares por adulto (no sé si el boleto para niños tendría un descuento), visitando los barrios en los que las pandillas de la ciudad trastornan la vida de la ciudadanía con sus balaceras y el tráfico de estupefacientes.

Los turistas ávidos de "humanizar la pobreza", según reza el lema de la compañía que los promueve, podrían comprar una camiseta con un grafiti hecho por un artista local al gusto del cliente. También se ha incluido en la visita un concurso de baile "rapero", en el que los turistas no sólo actuarían como jueces sino como patrocinadores del evento con la obligación de compensar económicamente al ganador.

Después de acaloradas discusiones entre los organizadores, la idea de contar con niños del barrio disparando sus pistolas de agua contra los turistas en un simulacro que reflejaría de la manera más auténticamente posible lo que sucede en las calles fue desechada. Y esto a pesar de que, una vez terminado el simulacro, a los participantes se les habría dado como recuerdo una camiseta con la inscripción: "Me balearon en el "Barrio Sur Centro de Los Ángeles".

Tal y como está planteado ahora, la primera parada del tour incluiría una lección in situ de grafiti para familiarizar a los turistas en el...

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