Frontera Invisible / Cambio de piel en Miami

AutorSergio Muñoz Bata

Y para comprender porque el llamado a intervenir en Cuba no ha tenido eco en la península de la Florida habría que advertir que el recambio generacional ha producido un trascendental cambio de piel en Miami.

De Dantón a Marat a Robespierre, la revolución francesa nunca tuvo un dueño. En Rusia, la muerte a destiempo le impidió a Lenin apropiarse de la revolución de octubre. En México, Francisco I Madero, otro caudillo muerto prematuramente, era un demócrata reformista de corazón orillado transitoriamente a la revolución por las circunstancias. En Cuba, Fidel es la revolución y la revolución es Fidel, y ambos siguen siendo anatema en muchos círculos dentro de la comunidad cubano-americana aunque cada día con menor intensidad.

Si algo ha quedado en claro en esta semana de incertidumbres es que los aspavientos de políticos cubano-americanos como Lincoln Díaz Balart e Ileana Ross Lehtinen y la anacrónica obsesión de la radio en español de Miami con sus arengas para intervenir en la sucesión cubana ya no impactan a los hijos de los primeros exiliados cubanos.

En parte, quizá, porque los jóvenes no sintieron el agravio de la partida de la patria como tuvieron que hacerlo sus padres pero en parte también porque sus señas de identidad nacional son muy distintas a las de sus padres y abuelos.

Si en Cuba el sentido del cambio es simular para que todo permanezca igual, en Miami no ha sucedido lo mismo. En el transcurso de medio siglo, la identidad de la comunidad cubano-americana poco a poco ha ido experimentando una transformación significativa.

Los nietos y los hijos de los primeros refugiados no se ven a sí mismos como exiliados. Ni siquiera se visualizan como inmigrantes sino que se ven como lo que realmente son: estadounidenses de origen cubano.

Y es precisamente en este escenario cambiante en el que el nuevo panorama político en Cuba podría introducir una enorme variante si es que en este trecho Castro muriera y la democracia llegara a instaurarse en Cuba. En ese momento, el cambio de piel de la comunidad cubano-americana tendría que dejar de ser parcial para incluir a toda la comunidad y esto tendría enormes repercusiones en la política estadounidense.

Para empezar, tendría que cambiarse el tratamiento especial que se le da a los inmigrantes cubanos cuando llegan a Estados Unidos. A diferencia de los salvadoreños y guatemaltecos que...

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