Fricasé / El tradicional doblete

AutorEl Abogado del Pueblo

Tenemos en este país muchos cables sueltos, infinidad de preguntas sin respuesta. Demasiadas dudas y sospechas, pero muy poca información sólida y confiable.

Ejemplo: ¿por órdenes de quién y cómo fue que Pemex contrató servicios navieros por los que pagó casi el DOBLE de su costo durante el sexenio pasado?

¿Quién se benefició con este deterioro cuantiosísimo al patrimonio nacional?

¿A bolsas de quién fue a dar la "utilidad" de ese sobreprecio autorizado y liquidado?

La Secretaría de la Función Pública ha detectado esta grave "falta administrativa", pero el pueblo mexicano, fuera de enterarse -más bien confirmar- que en Pemex hubo desvíos (como los ha habido siempre), no cuenta hoy -y quizá no cuente nunca- ni con el relato completo y los detalles gestantes de estos actos de corrupción, ni con los culpables de realizarlos.

En consecuencia, es muy probable que en este caso reciente, como en muchos otros (salvo el de Jorge Díaz Serrano, chivo expiatorio del lopezportillismo), reine la impunidad, ¡para variar!

Es así como pedazo a pedazo, sexenio con sexenio, los funcionarios deshonestos se comen al País cual hambrientas pirañas: a puras tarascadas, y así será hasta que quede el puro esqueleto, sólo unos cuantos enclenques huesos que ni a los zopilotes se les antojará roer.

Nadie parece estar dispuesto en nuestro México mágico a parar en seco a los corruptos, ninguna institución o fuerza social impide que los funcionarios públicos deshonestos se salgan con la suya y se apropien para beneficio personal de la riqueza de nuestro país.

El complejo de tribu que reina en nuestro primitivo quehacer político hace que los que vienen a limpiar acaben siendo cómplices de quienes se dedicaron a ensuciar.

En el escenario que se desenvuelve ante la opinión pública nacional no se puede distinguir entre buenos y malos, rectos y torcidos.

Por encima de nuestras leyes, por encima de la justicia y la moral, están montados los aparatos políticos cuyos intereses son primarios, y lo demás ha pasado a ser muy secundario, si no es que terciario.

¿Acaso podemos dudar entonces de cuál es el origen de nuestro persistente estancamiento y de la falta de...

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