FRICASÉ / Nomás no vuela

AutorEl Abogado del Pueblo

Un amigo que admiramos y respetamos y que ha tratado al Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, nos afirma que es un hombre brillante.

Si nuestro amigo lo dice, así ha de ser, no lo dudamos. Y de hecho su doctorado de MIT en Economía avala tal aseveración.

Cabe hacer notar, sin embargo, que si acaso es muy brillante el Dr. Videgaray según su fama privada, en público está batallando en demostrarlo.

Muestra reciente de este fenómeno "de percepción" lo indica su presentación de ayer ante un panel de la OCDE sobre "Reformas Estructurales para Desbloquear Inversión en Apoyo de un Crecimiento Sostenible".

Ante la docta audiencia afirmó el Dr. Videgaray que las crisis de los 80 y los 90 aún afectan a la economía.

Dijo el Secretario: "Si miro atrás sobre los últimos años en México, el evento que nos hizo más mal fueron los hundimientos financieros de los 80 y los 90".

Esta aseveración acarrea consigo varios problemas, entre otros el hecho de que posterior a esas épocas 20 y 30 años distantes, México las superó, se recuperó y logró tasas de crecimiento muy respetables.

Éstas, paradójicamente, en tiempos en los que gobernaba el PAN, y no su partido, el PRI (suponemos que es priista, sobre todo porque aspira a ser presidenciable).

Llama la atención también que mencione Videgaray el "hundimiento" (no dijo crisis) de los 90, pues sin querer (o tal vez queriendo) le echa con tremenda pala estiercolera la culpa de nuestros ACTUALES males a su maestro, amigo y ex jefe, el Dr. Pedro Aspe Armella, en esa época Secretario de Hacienda. Pero además y de rebote a los GOBIERNOS PRIISTAS de ese periodo.

Es de notar que el Secretario se remonte tanto al pasado para encontrar las causas de nuestra actual atonía económica, pero haciéndolo no reconozca SU PROPIA contribución de factores que son los que HOY "hunden" realmente el crecimiento económico mexicano.

Como por ejemplo, la brutal ELEVACIÓN DE IMPUESTOS que decretaron (y le metieron al pueblo con lavativa) recién entrados, pero no sólo eso, sino una serie de cambios fiscales de criterio en los que se restringieron o eliminaron deducciones legítimas a las empresas, se gravaron prestaciones obreras y se le otorgó al fisco -es decir, a su dependencia- poderes insólitos de persecución a los causantes.

Se crearon, además, impuestos especiales a los refrescos y a ciertos insumos alimentarios que conforman parte importante de la dieta básica de la población trabajadora.

¿Qué no será esto lo que afecta hoy a nuestra...

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