FRICASÉ / Incentivo al delito

AutorEl Abogado del Pueblo

Si algo NO necesita México a estas alturas es que nuestras autoridades ofrezcan más incentivos al delito que los que ya hay.

Justo en eso consiste, en una invitación a romper la Ley con garantía de impunidad, el que las autoridades mismas hayan participado, si no que fomentado, en el pago de un RESCATE de 250 mil pesos por la liberación de seis deportistas y una persona más secuestrados el fin de semana pasado en los límites del Estado de México con la Capital.

¿Sabían ustedes, amigos, que en el Primer Mundo no sólo no se tolera esto, sino que está PENADO por ley?

No sólo se castiga el que la autoridad sea cómplice del pago de un rescate, sino que la ley prohíbe expresamente que cualquier ciudadano pague ese rescate.

Igualmente prohibido está esconder información de un plagio a la autoridad, o no cooperar plenamente con ella para solucionar el caso, sin importar qué tipo de amenazas o presiones ejerzan los secuestradores sobre los familiares o personas cercanas a la víctima.

El propósito de aplicar este tipo de medidas tan drásticas en casos de secuestro es, precisamente, para crear condiciones que sean lo menos propicias para la realización de un secuestro y el cobro de un rescate.

La idea es crear de una manera estructurada y estructural todo tipo de obstáculos para que no se cometa este delito y así destrozar cualquier incentivo monetario que puede existir para quienes estén tentados a recurrir a esta conducta delictiva.

En Estados Unidos, por ejemplo, muchas de estas leyes antisecuestro que prohíben el pago de rescate se generaron a partir del sonado y estrujante secuestro en 1932 del "bebé Lindbergh", hijito de 20 meses del famoso aviador, el cual salió tan mal como puede salir uno de estos nefastos delitos: con la muerte del niño a manos de sus secuestradores.

Este suceso dio pie a que se promulgara allá la Federal Kidnapping Act, mejor conocida como la "Ley Lindbergh", concediéndole al delito de secuestro una categoría de federal (la más alta prioridad).

Por el ansia de recuperarlo la familia actuó "por la libre" entrando en negociaciones por su cuenta, ajenos a las autoridades y sin involucrarlas (en ese entonces un incipiente FBI con todo y J. Edgar Hoover).

Se pagó un rescate cuantioso para la época (50 mil dólares) sabiéndose tiempo después que el bebé duró poco tiempo vivo después de que fue extraído de su cunero.

Hacemos referencia breve a este caso sólo para enfatizar la seriedad e importancia que en otras sociedades toma el...

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