FRICASÉ / Haciendo historia
| Autor | El Abogado del Pueblo |
No es buena historia, pero como quiera es historia: la caída de ayer de la Bolsa de Valores norteamericana (Dow Jones) es la TERCERA más grande de la era moderna en un solo día.
Si no estamos ya en el "event horizon" de un cataclísmico hoyo negro financiero, los indicios son de que nos acercamos inexorablemente a él.
Citando al gran William Shakespeare: "Así como las olas ruedan hacia la empedrada playa, así nuestros minutos se apresuran a su fin".
Lleva ya casi 10 años la burbuja expansionista creada por bajas tasas de interés y reducciones fiscales a los ingresos de las empresas.
Los "quitarrisas" del jolgorio expansionista pudieran ser los incrementos recientes de tasas de interés por parte de la Fed así como la guerra comercial con China desatada por Mr. Donald J. Trump, quien prometió "hacer grande a América de nuevo", pero ha logrado lo contrario: la está haciendo chiquita... ¡y cara!
Obvio, creemos que no es necesario decirlo: si al norte del Bravo se desfondan por completo los mercados de inversión, en México no puede ser diferente.
Tarde que temprano el contagio nos llegará aquí, no se nos olvide el viejísimo, pero acertado refrán que afirma: "Si a Estados Unidos le da gripa, a México le pega una pulmonía".
Lejos está en nuestro ánimo convertirnos en aves de mal agüero, simplemente les queremos relatar la importancia, valorados lectores, y potencial significado que acarrea un acontecimiento allende nuestras fronteras que puede compararse a la formación de un tsunami en altamar.
Se mira lejano, pero eventualmente ha de llegar y cuando lo haga más nos vale estar en la cima de algún alto cerro, bien pertrechados.
A raíz de los acontecimientos financieros de ayer se escuchan las acostumbradas letanías: "No se apaniquen", "que no cunda el miedo", "la corrección es sana, es buena, le imprimirá una mayor solidez al mercado", etcétera, etcétera.
Estos consejos vienen, por la mayor parte, de las mismas corredurías de inversión que no quieren ver que sus "clientes" les retiren su dinero, creando un mercado en el que los que venden exceden por mucho a los que quieren comprar.
La única manera de empatar esa discrepancia es mediante reducción de precios.
Como los genios de las finanzas, tipo los Warren Buffetts, aconsejan que cuando truena una burbuja lo mejor es estar líquido para posteriormente aprovechar las oportunidades, esto no conviene mucho a las corredurías: a ellas les conviene un mercado...
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