FRICASÉ / Encono mal dirigido

AutorEl Abogado del Pueblo

Entendemos que en el deporte, especialmente en el futbol, se encienden las pasiones de los aficionados.

Lo que no entendemos es cómo pueden llegar a las agresiones físicas, riñas y pleitos a puñetazos por el resultado de un partido.

Quienquiera que compita sabe de antemano que así como se puede ganar se puede perder, de manera que no hay motivo por el cual una derrota cause que los aficionados pierdan toda cordura y como bestias de la jungla saquen los colmillos y las garras para agredir a los simpatizantes del rival, tal como sucedió el sábado en el Estadio BBVA Bancomer tras el juego entre Rayados y Tigres.

¿Y cómo no se indignan de la misma manera los hinchas en la defensa de su comunidad ante políticos ineptos o rateros?

¿Cómo es que les causa un desborde de pasiones perder un pinki partido, que en nada cambia el curso de sus vidas, PERO NO LES IMPORTA que sus autoridades los tengan sumidos en la inseguridad, en la injusticia, en la impunidad, y que la corrupción que practican descaradamente afecte la buena marcha de la comunidad?

Ante estos abusos de autoridad sí se resignan, ¿pero no a perder un partido?

Creemos, estimados lectores, que esta gente, estos pseudoaficionados, encauzan equivocadamente su encono.

Deberían mostrar la misma indignación hacia la ineptitud de sus gobernantes y defender con la misma pasión los supremos intereses de la comunidad, antes que el resultado de un simple partido de futbol.

¡Sobre todo cuando AMBOS equipos representan a la ciudad que habitamos!

Nada malo hay en tenerle una fuerte simpatía a su equipo local favorito, pero es muy diferente expresar una intolerancia violenta en contra de quienes simpatizan con el otro.

El comportamiento exhibido el sábado en el estadio del Monterrey por algunos seguidores de los Rayados francamente desprestigia al club y a sus simpatizantes: estamos seguros que ni la directiva, ni los jugadores, ni los patrocinadores de los Rayados se sienten orgullosos de los rabiosos hinchas que agredieron a un grupo de simpatizantes de los Tigres en las tribunas, acabado el partido.

Entendemos que el resultado no fue de su agrado, pero así como se disfrutan las dulces mieles del triunfo, debe también asimilarse el amargo sabor de la derrota: con serenidad, resignación y una sana actitud deportiva.

Nada, o casi nada, se resuelve en esta vida a puñetazos, al mismo tiempo, la indignación, la pasión, son emociones fuertes que nada tiene...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR