FRICASÉ / El Abogado del Pueblo / A la yugular

Vaya que nuestro Presidente López tiene un raro modo de formular la diplomacia mexicana.

Previo a recibir a una delegación enviada por el Presidente Biden para tratar con él cara a cara en Palacio Nacional los álgidos temas del momento entre ambas naciones (fentanilo, migración, violaciones al T-MEC, etc.), nuestro señor López les dedicó a políticos norteamericanos de ambos partidos en su desmañanera un rosario de epítetos malsonantes que hubieran ofendido hasta a un picador maleta.

Entre otros adjetivos que les envió Mr. López, los calificó como "falsarios", "mentirosos", "deshonestos" y "CHUECOS".

Dijo López: "Son (los norteamericanos) expertos, especialistas en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, políticos sin principios, sin ideales, deshonestos, oportunistas".

Minutos después recibió por la puerta de Corregidora a la delegación del Presidente norteamericano, Joe Biden.

Con un recibimiento tan "amable", seguro que la delegación norteamericana sintió profunda la cálida bienvenida.

Lo curioso es que no deja de mostrarse una veta de bipolaridad, pues en cuestión de párrafos cambia el tono en dirección opuesta.

En ese mismo monólogo, el señor López calificó de "buena" la relación con Estados Unidos.

¿Qué les diría si ésta fuera mala?

Hemos observado como una constante en el comportamiento de nuestro Mr. López que cuando se siente acorralado como animal herido se defiende tirando garrazos y mordiscos a quienes él siente que lo ofenden.

Su método preferido es la descalificación vía el insulto, sin percatarse (o si se percata no le importa) que cuando un Presidente de un país democrático habla, lo hace a nombre de la nación que representa.

De manera que sus calificativos peyorativos no tienen cabida en el vocabulario del representante -o supuesto representante- de todos los mexicanos.

Los ciudadanos de este país no están peleados con los ciudadanos de la nación vecina: nosotros no tenemos por qué ofenderlos ni colgarles insultos.

Si acaso hay diferencias (y obviamente las hay y probablemente más fuertes que lo que nos imaginamos), éstas deben tratarse a puerta cerrada, cara a cara, en persona: jamás en público en discursos "oficiales" que ofenden y, por lo mismo, logran un efecto CONTRARIO al que se pretende.

El pueblo de México no anda buscándole -ni desea- pleito al pueblo norteamericano: al contrario, queremos cooperar, llevarnos bien, crear SINERGIAS y juntos PROSPERAR.

Por otra parte, el señor López se equivoca de cabo...

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