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FRICASÉ / El Abogado del Pueblo / Cielo azul

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Vincent

Quisiéramos creer que nadie en México querría condenar a nuestras futuras generaciones a nunca ver un cielo azul o admirar el verde del campo, o a respirar siempre aire contaminado, envenenado.

Sin embargo, la decisión del Gobierno de quemar combustóleo en las termoeléctricas de la CFE este efecto arriba descrito causará, dado que el combustóleo (como el carbón) contiene altos niveles de AZUFRE -altamente nocivos- que al ser quemados se liberan a la atmósfera con efectos terribles tanto en los humanos como en las PLANTAS.

La historia consigna cómo en un Sudbury, en Canadá, las emisiones de azufre causaron la DEVASTACIÓN de un BOSQUE completo, aledaño al sitio de las emisiones.

Por ello es que hay acuerdos internacionales muy estrictos que limitan las emisiones de azufre, los cuales, dicho sea de paso, México ha suscrito.

Es precisamente debido a estas regulaciones que a partir del 2020 está prohibido -en todo el mundo- quemar combustóleo, por ejemplo en las embarcaciones.

Dado a que opera refinerías vetustas y obsoletas PEMEX produce mucho combustóleo (queda como subproducto pesado de refinación), mismo que ya no puede vender -como antes- en Asia o para las embarcaciones.

Entonces se ha decidido CONSUMIRLO internamente, dándoselo a la CFE para que lo emplee en la generación de electricidad.

Mala decisión.

Por salvar la insalvable economía de PEMEX, el Gobierno está poniendo -a conciencia- en RIESGO a las poblaciones, incluyendo atmósfera y vegetación, aledañas a las plantas de la CFE.

Expertos estiman que tan sólo en las cercanías de TULA, Hidalgo, la quema de combustóleo en una termoeléctrica ahí ubicada puede causar la muerte prematura de 14 mil personas.

Ante esta mortandad, el Covid-19 palidece, y demuestra los riesgos enormes que implica para nuestra calidad de vida la CONTAMINACIÓN que la quema de combustóleo acarrea.

Riesgos no sólo para la salud humana, sino para la vegetación que, como ya todos sabemos, constituye un enorme PULMÓN que oxigena nuestra atmósfera.

Si perdemos la vegetación, y simultáneamente le quitamos lo azul al cielo, tornándolo chocolatoso de emisiones nocivas, estamos condenando a futuras generaciones a una vida de ENFERMEDADES, de trastornos, de penurias causadas por males respiratorios de todo tipo.

Seguros estamos...

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