El Fresero: Es pura mermelada

Fotos: Edgar Medel

Recibir un pisotón de André El Gigante o ser el tercero sobre la lona en un mano a mano entre Hulk Hogan y Canek no lo puede presumir cualquiera, sólo un réferi con casi 50 años de trayectoria sobre los cuadriláteros y al que todos conocen como El Fresero.

Durante 20 años, don Demetrio Aguilera Arredondo -su nombre real- compartió el encordado con personajes como Mil Máscaras, Antonio Inoki o Los Villanos en el legendario Toreo de Cuatro Caminos; además, integró durante unos 14 años las filas de Triple A y hasta llegó a la Arena México, para así escribir palmada a palmada su nombre en la historia del pancracio.

Y es que desde los nueve años, cuando vendía tortas y refrescos en la Arena de su natal Irapuato o mientras cargaba las maletas a los luchadores a pesar de los regaños y cinturonazos de sus padres, entendió que llevaría una vida del costalazo.

Por eso, unos cinco calendarios después empezó a entrenar, alcanzó el debut con el nombre que rendía homenaje a su terruño, hasta que en un lance cayó sobre una silla que casi lo deja paralítico. Ese episodio frenó de tajo su carrera como gladiador.

"Yo no dejaba de ir a la Arena, lastimado, pero no luchaba. Una vez faltó el réferi en la Arena Irapuato. Llegó Ray Mendoza a preguntar qué hacían y me lo propuso (...). Me eché todo el programa.

"Cuando fui a cobrar me dieron 10 pesos. Si como luchador ganaba yo tres pesos con 75 centavos y como réferi voy a ganar 10 pesos o más, mejor me quedo como réferi", recordó.

Por El Bajío comenzó a sonar el nombre del Fresero, siguió en la Ciudad de México en las llamadas arenas chicas, hasta recibir la oportunidad de pisar el Palacio de los Deportes con una batalla entre Villano III y Lobo Rubio.

Fue esa lucha la que le dio un boleto para el Toreo de Cuatro Caminos, donde vivió episodios legendarios como el duelo de capuchas entre Blue Blazer y Canek, alguna contienda protagonizada por Dr. Wagner y El Solitario o hasta codearse con aquel gladiador de 2.24 metros llamado André El Gigante.

"Una vez André me cayó encima. Me pisa la mano, pero con todo su peso. '¡Ya me desgraciaste la mano!' Así es el trabajo. 'Tú quisiste hacerme una broma y yo por pendejo dejé...

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