Fresco como lechuga

AutorStephanie Kukutschka

Más allá de lucirlas en las ensaladas, existe variedad enorme de platillos sencillos, de gran sabor por cierto, que se pueden preparar con lechugas. Sólo hay que recordar que circulando por el mundo se pueden contar más de 100 tipos de ellas.

Ciertamente en México las comunes son la iceberg, la italiana, la romana, la sangría, la francesa y la escarola, entre otras.

Según el libro "Ingredientes", de Loukie Werle y Jill Cox, éstas aportan muchos beneficios a la salud, sobre todo porque se consume fresca, es decir, sin pasar por algún método de cocción, por lo que no pierde ninguna de sus propiedades.

Patricia Rivera, nutrióloga, señala que la lechuga es maravillosa para adelgazar, ya que sólo contiene 18 calorías en 100 gramos, lo que la convierte en el alimento ideal para dar sensación de saciedad.

Al mismo tiempo, comenta, por su contenido de fibra detiene la velocidad de absorción de los carbohidratos, lo que impide la producción de insulina, la hormona almacenadora de grasas, y produce un Ph alcalino en el organismo, evitando la formación de tumores cancerosos, osteoporosis, artritis y gota.

En cualquiera de sus variedades la lechuga contiene silicio para fortalecer pelo, piel y uñas.

Rivera explica que ésta aumenta el flujo de orina, y por su contenido de lactucina y complejo de vitamina B, evita el insomnio y relaja los nervios.

Es por eso que hace dos mil 500 años los griegos y los romanos la comían después de cenar para conciliar mejor el sueño.

¿Cómo elegir y conservar?

· Al adquirir una lechuga selecciona las variedades de temporada, que serán más ricas y nutritivas que las de cultivo en invernadero.

· Es preferible seleccionar los ejemplares que presenten un color verde brillante; el tono dependerá de la variedad de la que se trate.

· Si se va a comprar una lechuga tipo iceberg o romana, conviene escoger aquellas que tengan hojas tiernas, pero firmes. Si se prefieren otras variedades, sus hojas tendrán que ser más blandas, pero sin estar marchitas.

· La lechuga que se vaya a adquirir no debe tener las puntas de las hojas quemadas ni los bordes en color café. La decoloración de las hojas por fuera no afecta su calidad, sin embargo es preferible tirar aquellas hojas con una decoloración muy marcada.

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