Las Fresas del Olmo

(Embargada para sitios de internet hasta las 24:00 horas locales)Febrero loco: Toussaint, Aristegui, El Cid y otrosPor Carmen Boullosa1. Eugenio ToussaintDe niño se paraba de puntitas para alcanzar el teclado del viejo piano alemán de su abuela que tenían en casa -añoso, pesado, con candelabros-. Ahí se despertó un Hamelin. Desde entonces supo que lo suyo era ser músico.A los ocho años sus papás le encontraron maestra que le enseñara las artes del oficio. Ella quiso enseñarle una música letrada, que no era para él. Dejó a un lado el piano, y se mudó a la guitarra, una hábil estrategia para esquivar la academia. Desde los 10 años fue rockero profesional, entró a una primera banda. Un día, más por juego que por otra cosa, con algún amigo músico, regresó al piano, por improvisar. Jazzearon. Supo que volvía a lo suyo. Con él, sus hermanos, Fernando, Enrique, Cecilia, todos geniales y diferentes. Eugenio Toussaint participó en conciertos con Paul Anka, Herb Alpert, más reciente con el puertorriqueño Eddie Gómez. Era de talla internacional. Además de músico popular, fue compositor de música "culta", para orquesta. Entraba y salía de las iluminaciones del verdadero jazzista con temperamento. Aunque enorme -un hombresote-, había en su música la magia y el asombro de aquel niño que se acercara al teclado de puntitas para alcanzarlo. Da un pesar enorme que haya muerto. 2. Carmen AristeguiTodos salen perdiendo con su despido. Sin duda un rumor es inadmisible en el Senado de la República, es provocación barata. El deber del periodista es aclararlo, sacarlo del musgoso territorio, y llevarlo a la luz del día. Creo que es lo que Aristegui quiso hacer. ¿Resultado? Un empujón a las tinieblas. No sé si, como decían en manifestación de apoyo, todos seamos Carmen -yo sí, por bautizo y por filia-, porque hay los que no la quieren, pero lo que es un hecho es que su despido nos empuja a la escondidilla del musgo. Un paso atrás, o varios. 3. Las hijas del CidReleí "El Cantar del Mío Cid". Me quedé de a cuatro. Tiene partes geniales, de una fuerza literaria que sorprende al oído contemporáneo. ¿Me interesó tanto porque ya regresamos a la violencia del temprano medioevo? Y por...

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