Freida Pinto: Gitana por convicción

AutorSalvador Cisneros

Cuando uno imagina la vida de una actriz como Freida Pinto, es fácil visualizarla en el set con íconos del cine, en fiestas elegantes, dando entrevistas por todo el mundo y acumulando metros de alfombra roja ataviada con ropa de diseñador.

Todo eso forma parte de la existencia de la artista india de 26 años, pero los viajes son también una faceta implícita de su trabajo que a veces pasa inadvertida para la gente.

Pinto, como cualquier otra estrella del cine, debe adaptarse a una vida errante en la que a veces, sin importar el lujo de los hoteles en los que echa raíces temporales, tiene que lidiar con la soledad y la necesidad de acostumbrarse a un nuevo sitio y cultura.

"Hay momentos en los que quiero quedarme en un lugar. Pienso que ya no quiero viajar y no tener que subirme a otro avión más... pero luego el sentimiento se aleja y vuelvo a disfrutar lo que hago", expresa en entrevista desde Nueva York, en donde promociona su primer filme de alto presupuesto, El Planeta de los Simios: (R)Evolución (Rise of the Planet of the Apes, 2011).

El número de kilómetros y sellos en su pasaporte aumentaron exponencialmente después de que saltó a la fama con Slumdog Millionaire, Quisiera Ser Millonario (2008), filme ganador de ocho Óscares.

Pero desde antes de convertirse en una de las nuevas estrellas en ascenso del cine, Pinto ya era una mujer de mundo.

Proveniente de una familia acomodada de Mumbai -su madre es rectora de una preparatoria privada y su padre gerente del Banco de Baroda-, Pinto ya estaba acostumbrada a modificar su reloj a distintos husos horarios.

Esto se debe a que primero fue modelo de la agencia Elite y, del 2006 al 2007, condujo Full Circle, un programa sobre viajes que la llevó a lugares como Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia, Fiji y muchos sitios más.

"Soy un poco gitana, ésa soy yo... lo malo es que soy una gitana con mucho equipaje", señala entre risas. "Pero creo que es muy interesante que pueda viajar a tantos lugares diferentes y logre adaptarme y hacer de esos sitios mi casa por un momento".

De hecho, su vida errante es una metáfora del tipo de carrera cinematográfica a la que aspira.

"Yo no estaba tratando de irrumpir en Bollywood o Hollywood. Yo sólo esperaba ese proyecto, sin importar de qué parte del mundo viniera, que pudiera ser ése que me hiciera sentir muy orgullosa", revela.

"Llegué a leer grandiosos guiones, pero no eran ideales para mí. Y Slumdog Millionaire... apareció y sucedió todo. Yo no me considero...

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