Francisco Moreno Sánchez / Salud mental y Covid-19

AutorFrancisco Moreno Sánchez

Partiendo de la base de que la adaptación al cambio es la forma en que una especie logra sobrevivir a los diferentes fenómenos naturales que ponen en riesgo la existencia de la vida, inesperadamente a finales del 2019 inició una diferente forma de desastre natural que puso en riesgo la vida de todos los seres humanos que vivíamos incrédulos ante lo que estaba sucediendo, teníamos que cambiar.

La sorpresa y la incredulidad, la primera una emoción, la segunda la incapacidad de racionalizar esa emoción, fueron el inicio de una cascada de ataques a nuestra homeostasis mental. Una vez que tuvimos que "aceptar" esta realidad, apareció el miedo y la incertidumbre; el miedo, otra emoción que no podía ser controlada ante la falta de certidumbre de la ciencia, ya que todo era desconocido aún para los encargados del estudio de pandemias (epidemiólogos), de los virus (virólogos) y para los líderes políticos de gobiernos que ya tenían una agenda y que no contemplaban que algo invisible pudiera estropear sus planes para el crecimiento de una sociedad ya de por sí dividida en el mundo.

Las medidas de control provocaron aislamiento y soledad; lo que solo hizo aumentar los niveles de estrés en una población que tenía ya niveles de ansiedad elevados ante un mundo complicado por la desigualdad, la inseguridad y la pobreza. Después apareció, en muchos casos, la pérdida de seres queridos que no solo provocaron el dolor y el duelo de la ausencia del fallecido, sino también la impotencia de no poder acompañarlo en sus últimos momentos. Esto incrementó el miedo y la angustia de un mundo que no lograba controlar la pandemia.

Después de 2 años la fatiga pandémica se ha hecho presente, ese rechazo a todos los símbolos que nos recuerdan estos difíciles años, el evadir la realidad, el querer creer que ya se terminó, cuando aún tenemos que cuidarnos. Esto está llevando a vivir a destiempo, a salir del salón de clases antes de que termine la cátedra, a correr antes de saber caminar y a intentar olvidar lo que aún está presente.

La pandemia ha afectado a todos los grupos de edad, los menores que se han mantenido en una burbuja de cuidados, perdiendo la oportunidad natural de enfrentarse a otros agentes infecciosos, lo que podría llevarnos a tener en un futuro próximo la aparición de enfermedades a edades diferentes que pudieran no solo tener manifestaciones poco comunes, sino también cambiar el patrón de severidad. El reciente brote de hepatitis por lo...

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