Francisco Javier González / Triste Debate

AutorFrancisco Javier González

El de Miguel Herrera con la afición americanista: pelearse con los partidarios de un equipo es como hacerlo con la cocinera.

El futbol es tan ingrato como en otros ámbitos lo puede ser la vida. Por bueno y exitoso que sea un equipo, por muchos objetivos alcanzados, en un día puede derrumbarse todo.

A las Águilas no les sucedió, pero corrieron cierto riesgo frente a un Pachuca ciertamente menos apagado que ellas en el partido de vuelta. La distancia que los Tuzos tenían que recorrer era tanta, que sólo una hazaña de las que ya casi no se cuentan podía hacer posible el milagro.

Pero eso no quita que el América quedó a deber y todo lo bueno que mostró en el partido de ida disminuyó notablemente en el del Azteca frente a los suyos.

Que Herrera haya hecho notar que el americanismo vio varias Liguillas desde la televisión es un reproche innecesario e inútil. Su rabia por los abucheos a Benítez, justificada por solidarizarse con una mala tarde de su goleador, se pasó de la raya: el público juzga y así ha sucedido toda la vida. No tiene que saber ni tener razón. Sólo exterioriza lo que siente, sin considerar las condecoraciones ganadas en pasadas batallas. Esas ya las aplaudió cuando ocurrieron.

Monterrey también pasa con cicatrices a la Semifinal.

Tan superior a su rival en la ida como America lo fue con el suyo, coincidió en sufrimientos. Xolos, digno adversario que atribuye los errores arbitrales a su falta de presencia en las Liguillas -peso de camiseta, vaya- tuvo ventaja numérica un buen rato y casi lo capitaliza.

El infalible equipo rayado encontró su noche...

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