Francisco Javier González / Pero siguen siendo sueños

AutorFrancisco Javier González

La sensación de novedad que ofrecen ciertas situaciones en la vida es incomparable, aunque al llegar la realidad puede ser deprimente.

Cuando una visualiza el día de su boda no contempla en los sueños alimentados durante años que habría tráfico, que al cura se le olvidarían los nombres de los desposados y que un corte de luz por reparaciones en la colonia dejarían sin corriente el salón de la fiesta.

Entrar al nacimiento de un hijo también se vislumbra desde la ilusión: se dibuja en la mente una sala llena de luz a la que conduce una alfombra roja en la que un heraldo anuncia con las altísimas notas de su trompeta la llegada del vástago.

Pero el momento de la verdad dice que hay pocas cosas tan horribles como un lúgubre quirófano en el que los fuertes olores a desinfectante, la vestimenta de los presentes y la vista despreocupada del anestesiólogo ante tal acontecimiento, es decepcionante.

Ser técnico de la Selección debe ser uno de las causas supremas para un entrenador.

Salvo casos extraños de interinatos, habrá implicado mucho esfuerzo, una trayectoria que avale, circunstancias a favor, momentos coyunturales y la claridad de quien tiene que decidir a quien se le confiere tan alta tarea.

Debe inspirar sueños de escenas cinematográficas: directivos que unánimemente aplauden su paso hacia el podio, los medios expectantes por la buena nueva, los jugadores ansiosos por empezar a ser dirigidos por el nuevo DT, y la afición aplaudiendo desde todos los rincones posibles de los estadios ficticios de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR