Francisco Javier González / La gran fábrica de Tigres

AutorFrancisco Javier González

Los Tigres presentaron ayer en la Ciudad de México el testimonio de un trabajo que les llevó varios meses.

Se trata de un programa de televisión en formato de reality show que empezará a transmitirse pronto.

Más allá de que está muy bien hecho, lo trascendental es que se trata del producto de una visoria que se hizo a más de cinco mil niños en diferentes partes del país.

Su objetivo no fue el descubrir futbolistas -bastantes vías y jóvenes reclutados tiene ya- sino encontrar a once "embajadores" que representarán al club de diferentes maneras en las entidades a las que pertenezcan los ganadores.

Como ésta no es una columna promocional -nunca lo ha sido y siempre vivirá lejos de ello-, será bueno aclarar que lo más conmovedor de lo presentado ayer a los medios en el primer capítulo es la carita de los niños intentando hacerse de un lugar en las diferentes etapas para poder seguir adelante.

El futbol es muy poderoso.

Tanto, que ilumina la vivienda más precaria y escondida, a la familia más abandonada y a millones de niños cuya principal diversión -tal vez la única- sigue siendo patear sin parar una pelota y un balón en plena era digital y de videojuegos.

Sembrar esa ilusión en cinco mil niños con sus respectivas familias no es cosa menor.

En la medida que nuestro futbol se ocupe más de proyectos sociales -sembrar sonrisas también lo es- podrá contribuir más aún a la sociedad, a la que a fin de cuentas se debe.

Por eso mismo sonroja escuchar lo que muchas...

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