Francisco Javier González / Ganar está en japonés

AutorFrancisco Javier González

Fue el capital japonés el que llevó la decadente Copa Intercontinental a una nueva etapa.

Los clubes europeos ya no deseaban jugar contra sus equivalentes sudamericanos por lo incómodo de las fechas, lo largo de los viajes y lo poco aquilatado del premio en disputa.

Un solo partido en el Estadio Nacional de Tokio en vez de la visita recíproca además de una buena recompensa del patrocinador, salvó algo que estaba en fase de extinción. Pasar las fechas cercanas a Navidad en Oriente no era tan atractivo. Pero ganar autos, bolsas impensadas hasta entonces y una buena promoción en todo el mundo, permitieron remontar las crisis.

A partir de 1980 se juega en Tokio, y tras varios accidentes e intentos poco rentables desde 2005 se convirtió en la sede del Mundial de Clubes, permitiendo a la FIFA saciar esa hambre inconmensurable de organizar Mundiales como si fueran quermeses. Para el de referencia, invitó a reglamentar lo suficiente para incrementar el quórum.

Como con dinero baila el perro y juega el futbolista, tuvo que ofrecer nuevamente bolsas espectaculares que hicieran interesante el viaje.

Así, el Mundial de Clubes con su nuevo formato incluye a varios y desconocidos equipos que tratan, además de estar interesados en participar, de hacer interesante un torneo cuya herencia es casi siempre el último partido: el que excepto en una ocasión sigue enfrentando el campeón de la UEFA Champions League con el de la Copa Libertadores de América.

Salvo una sorpresiva incursión del Mazembe Englebert del Congo que llegó...

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