Fox al museo de cera

AutorFernando del Collado

Fotos: Gunther Sahagún

La devoción a la actual figura presidencial comenzó desde el 2 de julio del 2000. Hoy, a dos años de llegar a Los Pinos, una estatua de cera lo glorifica y le ofrece visado a la inmortalidad. El Museo de Cera de la Ciudad de México ya tiene lista su efigie, cuya elaboración fue autorizada y revisada por la propia Presidencia de la República.

La imagen en cera del presidente de México, Vicente Fox Quesada, está tallada con fina precisión. Mide 1.85 metros de alto y poco más de un metro de ancho. El rostro y manos constituyen labor de filigrana. La cara del Presidente tiene expresión augusta y sonrisa discreta. De mirar fijo, bigote poblado al gusto y encantadora actitud de estadista. Su cuerpo, hecho de fibra de vidrio, viste de fino traje azul oscuro, camisa azul clara. Lleva botas negras y en la solapa, un broche distintivo con la figura del Escudo Nacional en oro.

Es una obra fina y rica, de primorosa traza, debida a las labores de un equipo de 15 escultores, que trabajan en armoniosa cofradía para el Museo de Cera de la Ciudad de México, bajo la tutela de la artista Angeles Olmedo.

Todos sumos especialistas en la materia. Unos aplicados a la elaboración de mascarillas de barro y posterior enyesado, otros en el modelaje de la cera líquida, otros más enfocados al maquillaje final y los más acuciosos, los incrustadores de pelo natural, de a uno por uno.

Aún no se pone en exhibición, pero la estatua podrá ser contemplada en la suntuosa capilla museográfica dedicada a los presidentes del México posrevolucionario, ubicada en la otrora Hacienda de la Teja, que alberga al museo y que fuera realizada por el célebre arquitecto porfirista Antonio Rivas Mercado.

No tendrá nicho propio, pero estará ubicada en lugar sobresaliente. Se hallará situada en la primera planta, y a 80 centímetros -según se entra- del arco de la sala, revestida con finas tallas en madera, con elegante balaustrada y enriquecida con artísticas molduras de madera, que le presta singular severidad y belleza. Y llevará una magnífica iluminación, encerrada sobre sí misma con luz cenital, que dejará pasar la luz y no el calor, para no perjudicar a la imagen.

La efigie de Vicente Fox habrá de compartir espacio junto a la figura de su antecesor Ernesto Zedillo Ponce de León y la estatua de sigilosa mirada de Carlos Salinas de Gortari. Estará a dos pisos del Sótano del Terror, donde se albergan figuras espeluznantes, y a escasas cuatro salas de los artistas que...

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