Tiene la fosa común sólo un sepulturero

AutorLuis Brito

Aunque Israel no lo admita su trabajo es singular, pues al ser el único sepulturero que trabaja en la fosa común tiene la tarea de enterrar los alrededor de 170 cadáveres que al año le envía el Servicio Médico Forense, porque no fueron identificados.

Trabaja en la casi centenaria área de fosa común del Panteón Civil de Dolores.

En la capital, sólo el cementerio del Bosque de Chapultepec tiene un área habilitada para recibir los cadáveres desconocidos que llegan al Semefo, creada en 1905.

Incluso hasta antes de la formación en 1960 del servicio forense actual, el panteón contaba con su propio anfiteatro y recibía directamente los cadáveres provocados por muertes violentas.

No es un oficio sencillo, expresa Israel, pero alguien tiene que hacerlo.

"Se pensionó el señor que estaba, no hubo quien se bajara para allá y me bajaron a mi", dice el hombre de 55 años, con más de 30 trabajando en el cementerio del Bosque de Chapultepec.

Los que los han visto dicen que es un maestro en el oficio de la sepultura. Su campo de acción es un terreno de 8 mil metros ubicado en la parte trasera del cementerio más grande de América Latina.

Tarda de 3 a 4 semanas en terminar de limpiar y podar la zona ligeramente arbolada por la que, le platicaron, alguna vez se paseó un paraguas contoneándose entre troncos y lápidas.

Rechaza sentir miedo al trabajar solo, pues para eso usa ruda, una planta que evita el aire.

"Miedo tengo allá afuera, porque cuando no te pegan los rateros te pega la Policía, y aquí adentro quien me puede hacer algo, ni modo que salga un muerto y me quiera atracar", dice.

A 500 metros de distancia de la Rotonda de las Personas Ilustres, Israel sepulta casi cada sábado hombres, mujeres, niños o fetos que por distintas razones se convirtieron en anónimos.

En fosas de 3 metros cuadrados por casi 4 de profundidad, el hombre acomoda en fila y tapa con tierra los cuerpos que el Semefo, o también las universidades, envía con bolsas negras como único atuendo.

Además de tamaño y peso, sólo una diferencia tienen cada una de esas bolsas: el número de averiguación previa con el que podrían ser rescatadas en caso que alguien las reclame, aunque en un tiempo no mayor de 3 meses.

La fosa permanece abierta hasta que tiene entre 60 y 70 cuerpos, pues los envíos, que varían en tiempo entre uno y otro, son de grupos de 10, explica Israel.

"Si trajeron 10 se pone esa camada, se le pone tierra, se espera a la siguiente semana y así hasta que la cubrimos toda, ya que...

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