Fortalecen en la ruptura divorciados anónimos
| Autor | Bertha Wario |
Noche veraniega, inusualmente lluviosa, pero hay casa llena. Veinteañeras, mujeres que rondan las cuatro décadas -son mayoría- y hombres maduros se concentran en este local, ubicado sobre Matamoros, casi con Villagrán.
Hoy son unas 60 personas, cifra promedio que suele registrarse en las cuatro sesiones semanales: lunes, martes, jueves y sábados de las 20:00 a las 21:30 horas. Son Divorciados Anónimos, primer movimiento de autoayuda en el País que busca remendar las heridas por una ruptura amorosa.
Primero en un local de Vasconcelos, luego en las instalaciones de Unidos en la Prevención de Adicciones, en el Barrio Antiguo, y ahora en este salón facilitado por la Fundación Pro Bienestar del Anciano A.C., esta célula ha operado desde el 6 de noviembre del 2001. Por ella han pasado más de 5 mil personas desde entonces, estima Gilberto Salazar, fundador del grupo.
Con edades que van de los 18 a los 75 años, aquí no hay apellidos, sólo nombres e historias por compartir. Puntualmente inicia la junta que toma como base los 12 pasos del programa de Alcohólicos Anónimos y la frase "sólo por hoy". Los nuevos se presentan y el resto da la bienvenida.
"Señor, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia", rezan todos a una voz.
Pero no todos son divorciados: hay viudos, madres solteras y jóvenes que nunca han firmado un acta de matrimonio, pero que huyen de la codependencia.
Invariablemente, se da lectura a la carta de derechos: a ser tratado con respeto, a tomar tiempo para mí, a pedir lo que quiero, a equivocarme, dicen algunos de los 10 puntos.
Quien así lo desea, sube al podium y toma la palabra. Exponer sus entrañas emocionales, frente a un grupo de desconocidos, es algo que nunca imaginó Carlos, sicoterapeuta con 20 años de carrera, quien hace ocho meses se separó de su esposa y desde febrero acude a esta especie de círculo reflexivo.
"Llegué con ideas suicidas, con todo y mi profesión. He luchado por la salud mental toda la vida y el no poder conmigo era terrible. Aquí me encontré con más de 40 terapeutas de vida", señala el integrante del grupo.
Los más veteranos, como Norma, quien fue de las primeras que llegó al grupo con el antecedente de un divorcio por infidelidad, más de un lustro atrás, dice que ahí se dio cuenta de la victimización en la que había caído y que el problema había sido de los dos.
Llegó por curiosidad, con la idea de que ella...
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