La fórmula mortal

AutorCarlos Rubio-Rosell

MADRID.- En la larga historia de los venenos, que se remonta al principio de los tiempos, lo que ha prevalecido, asegura la investigadora y científica española Adela Muñoz Páez, es el ansia de poder, el dinero y el desamor.

"En el caso de los emperadores romanos, Claudio, Nerón o Augusto, por ejemplo, el veneno era la llave para acceder al poder; pero también hay en esta historia muchos casos de amores desairados y en el caso de las sucesiones y herencias, de dinero. Así que tres elementos fundamentales en la fórmula de esta historia son poder, dinero y desamor", afirma Muñoz Páez, catedrática de química inorgánica la Universidad de Sevilla.

Empujada por un afán pedagógico, Muñoz Páez emprendió la tarea de escribir Historia del veneno, que acaba de publicarse en España y que muy pronto circulará en México editada por Debate.

"Me encontré que había unos cuantos libros de texto de química inorgánica que ilustraban muchos de los capítulos de la tabla periódica a través de sus aplicaciones, algo que resultaba muy curioso para los alumnos y les facilitaba el recuerdo de los elementos, y así fui viendo que, por ejemplo, el plomo estaba detrás de la caída del Imperio Romano por el envenenamiento masivo por la sal de plomo que usaban para endulzar el vino, o que el arsénico podía haber jugado un papel importante en la muerte de Napoleón", dice Muñoz Páez en entrevista con El Ángel.

Esa voluntad pedagógica unida a su pasión por la historia de la ciencia, llevó a Muñoz Páez a sumergirse en una investigación sobre los envenenamientos más célebres de la historia y los compuestos químicos que había detrás de ellos, de la cicuta que mató a Sócrates al polonio que terminó con la vida de Alexander Litvinenko, pasando por el arsénico, el cianuro o el talio, entre otros.

"En esta historia el desarrollo tecnológico ha jugado un papel muy importante. Por ejemplo, el arsénico, por su eficacia, su disponibilidad, el hecho de que tenía uso doméstico como matarratas y matahormigas, era muy eficaz como sustancia tóxica que requería pequeñas cantidades; existían compuestos incoloros que no tenían sabor, con lo cual podían disimularse bien, así que durante muchos años el arsénico ha sido el veneno más usado".

Pero, cuando en el siglo 19 hubo una proliferación de envenenamientos, señala, el desarrollo de la tecnología puso a punto métodos de análisis de arsénico en vísceras, lo que redujo el uso de ese veneno en el crimen.

"Porque, en principio, uno de los atractivos fundamentales de los venenos es que se podía matar impunemente".

Hoy en día, explica, la mayoría de los institutos toxicológicos pueden detectar prácticamente cualquier veneno, en particular el arsénico, el mercurio o el antimonio, aunque hay otros compuestos, los de tipo orgánico, más difíciles de detectar al no tener en sus componentes metales pesados, sino los mismos componentes del cuerpo humano: carbono, hidrógeno u oxígeno.

"Pero de todas formas, hoy se pueden detectar todos, incluso el polonio, que es un metal pesado y tiene una emisión radiactiva muy singular. Lo que ocurre es que en el caso de Alexander Litvinenko nadie podía imaginar que ese hombre había ingerido eso, ya que hizo falta un reactor nuclear para prepararlo; reactor nuclear de cuyo tipo específico sólo existe uno en el mundo, así que es...

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