Hasta el fondo / A la hora del chupe

Ustedes hermanos, hijos del Piojo, compradores de chelas de la tienda de la esquina, teporochitos de barrio y chupadores en cantinas de la Calzada.

Les hablo para vertirles los "santos mandamientos del whiskey" -así, escrito a lo irlandés-, se trata de tres reglas que debéis seguir sin importar en dónde chingaos te encuentres, ya sea en la piquera más apestosa de la Ciudad, en el burdel más caliente de la periferia o en la rascuache casa de un amigo.

Primer mandamiento: Jamás, sucia rata de alcantarilla, jamás mezcles un buen whiskilucan con Coca Cola u otros nefastos refrescos. Un whisky que pasa mínimo 12 años encerrado en un barril merece todo el respeto y veneración del que seas capaz, no para que un maricón de balneario comenta una blasfemia llamada highball (con whiskey, agua mineral y una jotísima rodajita de limón)... ¿Queeé? Otros nenitas le dicen pintadito, ¡guácatelas!

A ver, grábate esto y que te quede bien claro por el resto de tu miserable vida: el whiskey se bebe solo y en estado puro... y...

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