Fluyen como un río: libres y juntas, pero también enojadas

Teresa Moreno y Alejandra Canchola

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 9 (EL UNIVERSAL).- Fluyeron como un río: libres y juntas, pero también enojadas y solidarias.

Indignadas, reclamaron y exigieron: "¡Ni una más!" a la crisis de feminicidios que no cede; al gobierno federal, que no termina con la impunidad; a los hombres que agreden y violentan: "¡Ni una más!", demandaron, "¡Ni una asesinada más!"

Este domingo, las mujeres tomaron las calles e incendiaron la plancha del Zócalo; durante un día, aunque fue sólo uno, pudieron caminar sin miedo.

"Nuestras lágrimas se nos han secado, pero estoy orgullosa de estar aquí con ustedes. Agradezco a quienes mencionan a mi sobrina Aidee para que haya justicia", dijo Gilberta Mendoza, tía de Aidee Mendoza, alumna del CCH Oriente asesinada en su salón, a la mitad de la clase de matemáticas.

La jornada de conmemoración del Día Internacional de la Mujer reunió a más de 80 mil mujeres, de acuerdo con el gobierno de la Ciudad de México, que caminaron del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino.

La convocatoria fue tan grande que a las 18:11 horas todavía ingresó un último contingente a la Plaza de la Constitución. Eran tantas mujeres que las calles parecían un río de reflejos verdes y morados, colores emblema del movimiento feminista, pero también de la esperanza y el luto.

"Gracias por estar aquí, por su sororidad, y gracias por su empatía en la lucha por la justicia para que todas las niñas tengan la garantía de salir a estudiar. Nadie tiene derecho de arrebatarles sus sueños", dijo Lorena Gutiérrez, madre de Fátima Quintana, quien el 5 de febrero de 2015 fue secuestrada por tres de sus vecinos, violada, torturada y lapidada.

A una sola voz, le respondieron: "¡No están solas!", y ese clamor acompañó todo el recorrido.

La indignación y el enojo reinaron, pero también el cariño que se demostraban las extrañas que se apoyaban y también las amigas que se encontraban y se abrazaban entre la muchedumbre.

Porque la violencia que reclamaron en las calles es la que viven a diario en todos los aspectos de su vida cotidiana. Gritaron...

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