Florida: Un precedente peligroso

En las cinco semanas de finales del 2000 en las que Estados Unidos trataba de definir quién sería su Presidente número 43 contando y recontando boletas electorales, los votos emitidos por estadounidenses residentes en el exterior fueron claves.

Cuando George W. Bush y Al Gore peleaban cada sufragio para quedarse con los 25 votos electorales de Florida, unas 2 mil papeletas electorales que debían llegar por correo al estado, pero se retrasaron unos días, se convirtieron en un asunto de vida o muerte.

Al final, fue la Corte Suprema de Juticia la que decidió que Bush era el triunfador en el estado y por lo tanto en el país, pero esos votos fueron como una bocanada de aire fresco para el republicano, cuando se hablaba de diferencias en la votación de 20 o 30 sufragios.

Se trataba en su mayoría de votos de militares desplegados en Gran Bretaña, Bosnia y Turquía que habían sido llenados y enviados a Estados Unidos el mismo 7 de noviembre, día de la elección, pero que se habían retrasado.

Aún no se conoce el sentido de aquellos votos, pero es muy probable que haya sido favorable al Presidente estadounidense.

Normalmente, los militares votan por republicanos en una relación ocho o nueve a uno.

En ese...

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