¡A florecer!

AutorViviana Mahbub*

Sí, las flores son un placer y además de disfrutar sus colores, aromas y formas, gracias a artesanos como Julieta Ruiz, pueden llevarse al plato, la taza o la copa.

Su historia, como la de otros emprendedores, nace de las ganas de honrar a la tierra y dejar las complicaciones que conlleva ser madre y trabajar lejos de casa.

"Hace dos años decidí no renovar contrato en la dependencia donde trabajaba. Yo quería sembrar algo, una especie o variedad endémica de México. En esa búsqueda encontré la dalia y me enamoré de todas sus propiedades", cuenta Julieta.

Durante su investigación, esta microempresaria se topó con la Asociación Mexicana de la Dalia, donde comenzó a tomar talleres y participar activamente.

Inicialmente, su idea era sembrar 500 flores, pero su esposo la animó a hacerlo en grande y lanzarse por un cultivo de 9 mil. El primer reclamo vino de su espalda, que resistió hasta donde pudo los bultos de tierra y el arduo trabajo en el campo.

La fertilidad de aquellas semillas recompensó a Julieta, 12 mil flores salieron de su primera cosecha. El segundo obstáculo a vencer fue la comercialización.

Prácticamente todo lo recogido el primer año no encontró más destino que el de colorear los campos de Tláhuac.

Su gran oportunidad llegó con un programa de capacitación y empoderamiento de la mujer realizado en Washington, al que fue invitada por Sagarpa y donde conoció a otras emprendedoras que, como ella, estaban dispuestas a compartir vivencias, experiencias y necesidades.

De aquel encuentro surgiría la Asociación Nacional de Mujeres Empresarias del Campo, gracias a la que Julieta y sus colegas originarias de todos los estados de la República han encontrado soluciones y apoyo en asesoría técnica, capacitación, financiamiento y comercialización.

PÉTALOS Y RAÍCES

La dalia es la flor nacional y fue el ex Presidente Adolfo López Mateos quien, en mayo de 1963, así lo dispuso. Según la Asociación Nacional de la Dalia, hay 41 especies y sus usos son, sobre todo, ceremoniales y ornamentales, pero también culinarios.

Su siembra se realiza a finales de febrero y en mes y medio la flor está lista para recogerse; es una planta noble que necesita sol y calor durante los cuatro meses de hibernación posteriores a la cosecha.

Sus pétalos y tubérculos son ricos en vitamina C, calcio, fibra natural, antioxidantes y aminoácidos; entre las...

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